Quizá uno de los regalos tecnológicos más útiles y divertidos de este momento pueden ser la denominadas cámaras de acción o deportivas. Yo mismo tengo una desde hace tiempo y poder hacer vídeos debajo del agua, llevar una cámara a la playa sin preocuparte por la arena, ir grabando lo que vas viendo mientras haces un descenso de montaña con tu bicicleta o grabar los conciertos callejeros con una calidad de imagen 4K y sonido envolvente se ha convertido casi en una afición. El único defecto es que tendremos que gastar tiempo -con la ayuda de un editor de vídeo (te aconsejo uno gratuito, OpenShot Vídeo Editor)- en cortar lo que no nos interese y guardar solo las partes más interesantes. Son pequeñas, ligeras, con complementos para bucear o sumergirte en el mar o una piscina, muy resistentes y con una gran autonomía gracias a que llevan baterías extraíbles y podemos llevar varias encima por sus reducidas dimensiones. Vamos a dar unos consejos para saber cuál me puedo comprar y cómo y quiénes la pueden utilizar.

Un factor importante es la calidad de grabación de la imagen. La resolución máxima no debe bajar nunca de 4K, aunque ya existen algunos modelos con 5K. Pero cuidado, tienes que fijarte en las imágenes que graban por segundo, 25/30 fotogramas, nunca menor calidad. Si te conformas con calidad HD o 1080 tiene que ser de 60 fotogramas por segundo. Existen ya modelos sumergibles sin carcasa protectora. Yo no me lo creo. Mi experiencia en los servicios de asistencia técnica de aparatos electrónicos me dice que todo lo que tiene agujeros para insertar tarjetas o para meter el cargador, al final se deteriora y acaba dando paso a filtraciones de humedad. Si puedes, compra una carcasa protectora sumergible que también será útil con el polvo, la arena, la lluvia o la nieve en invierno. La estabilización de imagen es importante si vas a usarla mientras caminas o saltas o conduces en bicicleta por caminos de tierra. Cuantos más accesorios incluya mejor. Si no, vas a tener que ir comprando uno a uno a medida que te des cuenta de su utilidad. Uno imprescindible para este verano es la boya de empuñadura. Ademas de servirte para sostener la cámara, si se te cae al agua la boya permite que la cámara flote. Ya he visto a más de uno perder su cámara dentro del agua por no llevarla siquiera enganchada a su mano. Las más nuevas llevan además de la pantalla trasera, una pantalla selfie frontal. Con ella las grabaciones y los ajustes son más sencillos. Todas estas cámaras funcionan con WiFi o BlueTooth, lo que te permitirá convertirte en director de cine ya que vas a poder seguir en directo lo que se está grabando con tu tablet, smartphone o desde tu ordenador portátil. Si te dicen que todo esto lo puedes hacer con tu iPhone sin tener que comprar una cámara deportiva diles que te digan si saben el precio de reparar una pantalla que se te ha roto al caerse de tu bicicleta mientras grababas. Te da para comprarte un par de cámaras con carcasa protectora sumergible e irrompible.

Si eres un deportista, te permitirá grabar tus entrenamientos y analizar tus errores y progresos. Si eres un ciclista, la puedes usar como medida de protección en caso de accidente para poder denunciar al culpable. Si haces trekking, no tienes que preocuparte de sacar y meter la cámara de la mochila, la llevas con un arnés sobre el pecho o el hombro y grabas todo lo que ves. Y para ti que quieres grabar y divertirte viendo los detalles que te perdiste por el camino, te va a encantar. A mí me pasa.