Navarra crece un 0,8% en el primer trimestre respecto al periodo de octubre y diciembre del año pasado por el consumo, la recuperación de la industria y la mejora de las exportaciones, según ha avanzado el Instituto de Estadística de Navarra (Nastat).

El consejero de Economía y Hacienda, José Luis Arasti, ha comparecido este martes para informar sobre el comportamiento del PIB foral. En el interanual, la Comunidad registra un aumento del 2%.

El Gobierno foral se muestra optimista ante la evolución de la economía navarra por lo que ha mejorada las previsiones fijadas hasta ahora, y considera que en estos momentos si los indicadores continúan en la misma dirección el PIB aumentará un 1,5% este ejercicio -dos décimas más que el 1,3% pronosticado hasta ahora-.

Sin embargo, Arasti ha mostrado prudencia, ya que el contexto geopolítico internacional con Oriente Próximo como máxima preocupación, las decisiones que adopte la UE en políticas monetarias y las próximas elecciones europeas pueden influir en el devenir del PIB. Así que optimismo, pero con cautela.

La Comunidad Foral cierra el primer trimestre con un aumento del 0,8% por el 0,7% de España. En cambio, en el último año Navarra crece un 2% por el 2,4% del Estado -en esta comparativa el turismo ha tirado del PIB nacional y la Comunidad acorta distancia respecto al último trimestre del año por una recuperación de la actividad industrial, ha detallado Arasti-.

El análisis

Tanto la tasa trimestral como la interanual confirman una tendencia positiva y, en palabras de Arasti, “reflejan la fortaleza de la economía navarra en un contexto internacional que sigue siendo complicado”. Navarra se encuentra ante un escenario favorable con respecto a la eurozona, puesto que presenta, al igual que la economía española, un crecimiento económico superior al de Francia o al de Alemania.

Dentro de los principales indicadores económicos, el consumo privado aparece como el motor de crecimiento del PIB en lo que a demanda interna se refiere. Esto es consecuencia de la mejora del poder adquisitivo de los hogares, fruto de las subidas salariales y la moderación de la inflación, y de la creación de empleo. Indicadores como las ventas minoristas, o las cifras de producción e importación de bienes de consumo, reflejan el buen tono del consumo privado.

Además, se ha producido un cambio de tendencia en la demanda externa y las exportaciones han aumentado, un impulso añadido para el avance del PIB este año.

El peso de la industria

La reactivación del sector industrial, el tirón de las actividades de ocio y el turismo contribuyen a esta tendencia en lo que respecta a oferta. Arasti ha remarcado que la industria había disminuido el ejercicio pasado, pero que comienza a mejorar y que esa tendencia se irá reflejando en los próximos trimestres. "La industria supone el 30% del PIB foral", ha recordado.

El consejero de Economía y Hacienda ha rememorado que el empleo se encuentra en buenos niveles, "con una afiliación a la Seguridad Social creciente -por encima de los 300.000 cotizantes- , debido al sector servicios y al industrial".

A pesar de la alta tasa de desempleo juvenil o el desajuste entre la oferta y la demanda de trabajo, “el significativo descenso de la temporalidad que se ha producido a raíz de la reforma laboral de 2022”, ha dicho el consejero, unido al “aumento del número de horas trabajadas por trabajador, la disminución del peso relativo del empleo público a favor del empleo privado o la reducción progresiva del paro de larga duración, son factores que nos indican que vamos por el buen camino”.

Inflación, a la baja

En cuanto a la evolución de los precios, se observa que la inflación sigue reaccionando a la baja, a pesar del repunte puntual en el mes de marzo tras la normalización del IVA de la electricidad y el encarecimiento de los carburantes. "Los salarios, en este sentido, se muestran contenidos y evolucionan en paralelo a la inflación", ha manifestado.

Desde una perspectiva internacional, la economía parece estabilizarse. La eurozona ha salido de una fase de contracción tras diez meses consecutivos en negativo y habría registrado su primera tasa de crecimiento positiva en el mes de marzo, aunque las previsiones a corto y medio plazo sean modestas.

Aunque persiste la incertidumbre, especialmente en el plano geopolítico, donde la escalada de las tensiones en Oriente Próximo vuelve a poner en riesgo el escenario macroeconómico, "la economía mundial da señales de mejora y crece a un ritmo sostenido, amparada sobre todo en la fortaleza de EEUU", ha analizado el consejero.