Una sociedad inclusiva es aquella que considera que todas las personas tienen los mismos derechos simplemente por con su condición de seres humanos. La sociedad navarra es mayoritariamente una sociedad inclusiva, tolerante e integradora, una comunidad que defiende los derechos humanos y promueve el civismo y la tolerancia entre todos sus habitantes independientemente de su raza, creencia religiosa o procedencia. Sin duda, una sociedad avanzada tiene que cumplir con todos estos requisitos. Para conocer el punto de vista de distintos miembros y entidades que promueven estos valores, tuvo lugar un debate necesario en el Foro Hiria de este viernes que fue presentado por el periodista y presentador Alberto Guzmán y moderado por Daniel Burgui, secretario de gabinete del departamento de Políticas Migratorias y Justicia del Gobierno de Navarra.

El evento, patrocinado por Ejecutivo foral tuvo lugar a las 11.30 horas en el hotel Alma de Pamplona y contó con el saludo de bienvenida de la adjunta a la dirección de DIARIO DE NOTICIAS, Ana Ibarra, quien afirmó durante su ponencia que “hay personas que tienen dificultad de acceso al empadronamiento o a la hora de abrir una cuenta bancaria. Son las dificultades que encuentran las personas de fuera para acceder a un bien básico como es la vivienda en un mercado que les excluye, en el alquiler principalmente”.

El consejero de Políticas Migratorias y Justicia del Gobierno de Navarra, Eduardo Santos, fue el responsable de realizar el acto institucional y expuso a lo largo de su discurso que las diferencias entre personas por su apariencia física o su identidad étnica no pueden traducirse en la disminución de los derechos de ciudadanía, “ni mucho menos en la disminución de los derechos fundamentales que corresponden a todas las personas”.

Además, recordó que este miércoles, el Gobierno de Navarra aprobó una declaración institucional contra el racismo, que tiene como elemento principal la igualdad, “un componente básico para el ejercicio de la libertad”.

Terminó su ponencia mencionando que el Gobierno de Navarra “asume así una posición de liderazgo social para promover de forma positiva políticas públicas y para poner en valor la diversidad de orígenes y culturas de la sociedad en la que vivimos”.

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A continuación, comenzó la primera mesa de debate que sirvió para exponer cuáles son los nuevos retos de la lucha contra el racismo en el siglo XXl. En esta parte participaron el investigador de Pro-Vivienda, Miguel Ruiz Díaz-Reixa; la criminalista y experta de sesgos excluyentes en la Inteligencia Artificial, Nadia Belghazi; la abogada especialista en Derechos Humanos, Extranjería y Víctimas del Racismo, Johanna Flores; y la guionista y cineasta promotora de visibilidad de las personas migrantes en el cine español, Jenifer de la Rosa.

Johanna Flores, fue la primera en intervenir y desarrolló lo que era la discriminación social y por qué es importante definirla. A su vez, explicó desde su experiencia lo que es trabajar con personas que han sido víctimas de la discriminación y las principales trabas con las que se encuentran. Sin embargo, Flores señaló que “las mayores dificultades se encuentran en el propio ser humano” y pidió mayor empatía.

En este contexto, Miguel Ruiz, que presta asistencia jurídica en materia de arrendamientos urbanos, hipotecarios y ocupación sin título legal y que ha realizado numerosas investigaciones respecto al acceso al mercado de vivienda, detalló cuáles son las personas y los colectivos más discriminados en el acceso a una vivienda pública y privada. “Existen diferentes requisitos y procedimientos para la población de origen migrante frente a la población autóctona”, destacó.

La inteligencia artificial también fue un tema que se abordó en el transcurso del foro. Nadia Belghazi, investigadora en este campo, puso sobre la mesa el racismo presente en este tipo de avances tecnológicos. Por ejemplo, en el sistema de reconocimiento facial, “las personas caucásicas se detectan con mayor precisión que las de color”, señaló.

Jeniffer de la Rosa expuso una visión general de cómo la industria audiovisual trata a las mujeres negativamente y cómo su imagen se limita a papeles insignificantes, “que quedan reducidos a papeles de prostitutas o cuidadoras del hogar sin apenas diálogo”.

A continuación tuvo lugar la segunda mesa que contó con Kamisa Magassa de Black Power Pamplona, Natalia Jiménez de GazKalo, Hiba Barkaoui y Abdoulayed Djouma, ambos de Kideak, y Flavia Navarrete de SOS Racismo Nafarroa. Esta última interviniente reclamó a las instituciones públicas de cara a las elecciones “que tengan voluntad política para poner en sus agenda la inmigración”.

Hiba y Abdoulayed pudieron compartir con el resto de asistentes su testimonio como ejemplo de resiliencia al salir de sus países con tan solo 16 años. “Sientes que estás dejando a tu familia atrás”, comentó Hiba. Aquí, tuvieron que enfrentarse a nuevos retos como el idioma o los trámites administrativos, algo que no es fácil “si no tienes a nadie que te ayude”, como añadió Abdoulayed.

En representación de la sociedad gitana acudió Natalia Jiménez. Ella quiso dejar presente “que el antigitanismo existe y es muy duro. Hay mucho trabajo por hacer y tienen que contar con nosotros”.

Kamisa Magassa defendió este punto afirmando que “los referentes no tienen por qué ser solo una persona blanca”.

Finalmente, Patricia Ruiz de Irizar, directora general de Políticas Migratorias del Gobierno de Navarra realizó la clausura institucional y terminó su intervención citando a la activista Angela David: “En una sociedad racista no es suficiente con no ser racista. Debemos ser antirracistas”.