Haber protestado en la calle durante tanto tiempo empieza a tener algo de recompensa. La semana pasada, el Gobierno de Navarra colocó la primera piedra del ansiado centro de salud de Erripagaña al sacar a licitación el proyecto de obra por 467.400 euros.

La Asociación de Vecinos de Erripagaña valora positivamente la medida porque “tras tanto tiempo esperando” las administraciones comienzan a trabajar para que los 12.500 residentes dispongan de dotaciones públicas, pero recuerda que la licitación “llega tarde porque en los presupuestos del Gobierno de Navarra de 2020 ya había una partida para el centro de salud, que tenía que haberse acabado en 2023. Es una sensación agridulce porque por fin se ponen las pilas, pero a la vez nos da pena haber perdido cuatro años”, reflexiona Alberto Errea, secretario del colectivo.

El plan funcional estima que el centro de salud dará cobertura a 14.000 habitantes, de los que 11.400 serían adultos y 2.600 población pediátrica, niños y niñas de 0 a 15 años.

Según la asociación, el plan está “anticuado” porque la parcela R2, un solar situado en la frontera con Mendillorri, aparece con uso comercial cuando también será residencial. “En diciembre de 2022 se modificó el PSIS y se construirán 471 viviendas. Nos da rabia que hayan publicado un documento con datos desactualizados porque han tenido cuatro años”, critica Alberto. 

Con los nuevos pisos, la asociación vecinal calcula que la población de Erripagaina aumentará considerablemente y que en 2027 o primeros de 2028 –fecha límite que el Gobierno de Navarra se ha fijado para que el centro de salud esté operativo–, “seremos entre 15.000 y 16.000 residentes”, augura. 

Además, el colectivo señala que las administraciones realizan las estimaciones de población con los datos del padrón, pero en Erripagaina “el 20% de los vecinos, unas 2.000 personas, no están empadronadas porque no hay servicios. Si se tienen que desplazar hasta Sarriguren prefieren mantener su médico de familia”, asegura.

Con el futuro centro de salud, la asociación prevé que parte de estos residentes se empadronarán e irán al médico y pediatra a Erripagaina. 

Por todo ello, al colectivo le da “un poco de miedo” que la plantilla, que estará compuesta por 35 profesionales, “se quede un poco corta teniendo en cuenta que el Gobierno de Navarra ha previsto la plantilla necesaria sobre una población que será mayor. Tenemos cierto temor de que se infradote al centro de salud, que abra con recursos insuficientes y se sature”, finalizan.