Acudes a la consulta del médico y tras recibir el diagnóstico de tu enfermedad te receta los medicamentos más adecuados para tratar tu dolencia. Los recoges en la farmacia y los tomas, siguiendo a rajatabla la forma en la que te lo han indicado.

Pues bien, pese a cumplir exactamente con las pautas que te han dado puede que no lo estés haciendo bien. Y es que, combinar ciertos medicamentos con unos alimentos en concreto, puede afectar a su absorción, reducir su eficacia o incluso provocar algún efecto secundario.

Algunas de las mezclas que debes evitar son:

- Analgésicos. Son medicamentos efectivos contra el dolor muscular o de cabeza. No deben mezclarse con bebidas gaseosas, puesto que el gas ácido carbónico aumenta la concentración del medicamento en la sangre causando intoxicación o daño renal. Tampoco deben consumirse con hidratos de carbono y pectinas porque retrasan su efecto.

- Antidepresivos. Deben evitar mezclarse con quesos, pescados, carnes o embutidos secos ya que la tiramina que contienen puede aumentar peligrosamente la presión arterial.

- Anticoagulantes. Sirven para tratar y prevenir la trombosis, y la wafarina que contienen choca con los alimentos que tienen vitamina K como las verduras de hoja verde (acelgas, espinacas, perejil, coles de Bruselas o lechuga). Estos podrían aumentar el riesgo de sangrado.

- Antiácidos. Neutralizan los ácidos del estómago por lo que hay que evitar los alimentos que lo irritan como el ajo, el picante, el tomate, el kiwi, los zumos de frutas y las bebidas con cafeína como el café, el té, el chocolate o los refrescos.

- Antihipertensivos. Tratan el riesgo de enfermedades del corazón o de los riñones. Aumentan el nivel de potasio en la sangre y para evitar una sobredosis es importante no mezclarlos con alimentos ricos en este mineral como patatas, plátanos, espinacas, atún, remolacha o coles de Bruselas. En el caso del pomelo, puede elevar la concentración del fármaco en sangre aumentando su toxicidad.

Capsulas de distintos medicamentos junto a frutas y hortalizas.

- Colesterol. No consumas este tipo de fármacos con alimentos ricos en fibra ni en grasas. Tampoco con cítricos como la naranja, el limón, la lima o el pomelo, ya que pueden causar una sobredosis.

- Antibióticos. Los alimentos ricos en calcio como la leche o el yogur pueden dificultar la absorción de los antibióticos. No deben consumirse hasta al menos dos horas después de tomar el medicamento.

- Hipotiroidismo. Para su correcta absorción y eficacia es necesario separar al menos dos horas la administración de este tipo de medicamentos de la ingesta de alimentos ricos en fibra, frutos secos, café y zumos de frutas.

- Antidiabéticos. Los pacientes con diabetes tipo 2 tratados con metformina deben seguir una dieta poco grasa y baja en calorías, ya que de lo contrario se reduce su absorción.

De entre todos los alimentos hay cuatro con los que se debe tener una precaución especial y son el pomelo, el regaliz, el café y el alcohol. El pomelo puede dificultar la absorción de inmunosupresores, estatinas y benzodiacepinas y el regaliz puede producir intoxicación si se toma con fármacos para la insuficiencia cardíaca y la presión arterial.

El café no debe tomarse con antidiabéticos, medicamentos para resfriados, para la tensión ni anticoagulantes, y los taninos que contiene puede impedir la absorción de antidepresivos, ansiolíticos y somníferos. El alcohol, por su parte, es sin duda el enemigo número uno de los medicamentos y puede provocar entre otros efectos naúseas, vómitos, dolores de cabeza, somnolencia, disminución de la presión arterial, sobredosis o desmayos.

En cualquier caso, es importante leer bien el prospecto de los medicamentos y seguir al pie de la letra las indicaciones del médico o del farmacéutico acerca de cómo tomarlos.