“El glaucoma no se cura, pero se puede controlar”, afirma el doctor Francisco Gonzalvo Ibáñez, oftalmólogo del Hospital Universitario de Navarra (HUN). En este sentido, asegura que “la única medida terapéutica que ha demostrado detener o ralentizar la evolución de esta enfermedad es la reducción de la presión intraocular” y, para lograrlo, cuentan con tratamientos médicos (fármacos), láser y/o cirugía.

Tradicionalmente, explica el especialista, los fármacos en forma de colirios y el láser han sido el primer escalón en el tratamiento del glaucoma, quedando la cirugía en un segundo escalón si los dos anteriores fracasaban. No obstante, “este esquema terapéutico clásico ha cambiado y actualmente la cirugía también puede considerarse como primera opción en glaucomas muy avanzados en el momento del diagnóstico, casos con presiones intraoculares muy elevadas y en aquellos en que sea la primera preferencia del paciente”, aclara.

Congreso de la Sociedad Española de Glaucoma

Entre el 7 y 9 de marzo cinco profesionales del servicio de Oftalmología del HUN acudieron al XVIII Congreso de la Sociedad Española de Glaucoma, celebrado en Sevilla, donde se presentaron y discutieron los últimos avances al respecto.

Como novedad, el doctor Gonzalvo destaca que “en los próximos meses dispondremos de un primer miembro de un nuevo grupo de fármacos conocidos como inhibidores de la Rho-kinasa. Dicho medicamento –el Netarsudil– actúa favoreciendo la salida del humor acuoso por su vía natural, la malla trabecular”.

Además, señala que a finales de 2025 probablemente estarán disponibles en el Estado los implantes intraoculares de Bimatoprost. “Con un tamaño algo superior a un milímetro de longitud y 200 micras de diámetro, se introducirán en la parte anterior del globo ocular (cámara anterior) mediante una pequeña aguja conectada a un inyector. El implante producirá una liberación sostenida del fármaco y su efecto reductor sobre la presión intraocular se mantendrá durante varios meses”.

Concretamente, refiere que “en los ensayos preliminares realizados con dichos implantes la reducción significativa de la presión ocular se produjo en un 71% de los casos a los 6 meses de la inyección y en un 92%, a los 4 meses”. 

Respecto al láser, en el congreso “se remarcó la utilidad y efectividad como tratamiento de primera elección de la trabeculoplastia selectiva con láser; técnica que está disponible y se realiza con asiduidad en el HUN desde hace varios años”. Y, en cuanto al tratamiento quirúrgico, se repasaron “las nuevas técnicas de cirugía mínimamente invasivas del glaucoma”, que también son utilizadas desde hace años en la sanidad pública navarra. 

Finalmente, el oftalmólogo recuerda la necesidad de que los pacientes ya diagnosticados, aunque sean prácticamente asintomáticos, se adhieran al tratamiento para que no desarrollen un glaucoma más grave.