Donostia. El número de personas afectadas por la picadura de la carabela portuguesa sigue incrementándose. Es más, en la última semana se ha duplicado, según se desprende del balance de actuaciones y rescates en las playas guipuzcoanas de Cruz Roja.
Entre el 29 de julio, cuando los últimos datos registraban 89 asistencias por picaduras de medusas y anémonas, y el 5 de agosto, la cifra se ha incrementado en un 140% hasta alcanzar la redonda cantidad de 200 afectados. Eso sí, no todo son picaduras de carabela portuguesa, pero si en su mayoría, puesto que no hay casi constancia de las habituales medusas que llegan a la Costa Cantábrica y que, el año pasado, obligaron a cerrar en varias ocasiones los arenales donostiarras. En toda la temporada pasada, obligaron a actuar a los socorristas en más de 2.200 asistencias. En realidad, la cifra exacta de afectados por la carabela la aportó ayer el director de Socorros y Emergencias de Cruz Roja, Joan Freixa: "En lo que llevamos de verano se han dado 122 casos de picaduras de carabela portuguesa -el resto hasta completar las 200 picaduras corresponderían a las anémonas, que son filamentos pegados en la superficie, normalmente rocosa-, de las cuales ocho afectados han tenido que permanecer en observación durante 24 horas".
Una picadura muy dolorosa La cifra actual parece entonces irrisoria frente a esas 2.200 actuaciones de 2009, si no fuera por las consecuencias de la picadura de la carabela portuguesa. En sí misma, no se trata ni siquiera de una medusa, es un hidrozoo sifonóforo, un organismo colonial en el que todos los miembros trabajan por mantenerlo a flote. Nunca mejor dicho, porque este animal marino flota, no se mueve como lo hacen habitualmente las medusas. Flota gracias a una vela en forma de globo de color azulado y violeta iridiscente, de ahí su nombre popular de carabela o fragata portuguesa, aunque en realidad se trata de la Physalia physalis. De él cuelgan unos largos tentáculos con cápsulas urticantes capaces de paralizar a un pez grande y afectar seriamente a un humano, con la aparición de mareos, vómitos e, incluso, taquicardias. Resulta verdaderamente peligrosa para los niños, por su color atrayente que invita a jugar con los tentáculos en la orilla.
"La picadura de la carabela es mucho más dolorosa e, incluso, ha habido casos en los que se ha tenido que administrar morfina al afectado por no poder soportar el dolor", confiesa el responsable de Emergencias de la Cruz Roja.
Barcos para recogerlas Aunque el de las picaduras de medusas no es el capítulo más numeroso de las asistencias que ha realizado la Cruz Roja en los arenales guipuzcoanos durante esta temporada, es el que más quebraderos de cabeza da a las autoridades. En este sentido, el Ayuntamiento de Donostia presentó ayer el sistema por el que han optado para reducir el número de ejemplares que llegan a la costa.
Tres embarcaciones, dos de ellas de siete y seis metros de eslora y una mayor de 18 metros, navegan cada día recorriendo los límites de la capital guipuzcoana, a una milla del litoral, para recoger las carabelas que se acercan flotando hacia la Bahía de La Concha o a La Zurriola.
Las cuatro personas que viajan en estas embarcaciones recogen las medusas mediante salabardos, un método "artesanal", según reconoció ayer el alcalde de Donostia, Odón Elorza, pero que "está resultando eficaz". Se trata de un saco de red colocado en un aro de hierro sujeto a un mango que, habitualmente, se utiliza para sacar la pesca de las redes grandes.
Alberto Rodríguez, el concejal responsable del área de playas, aseguró que se están extrayendo una media de cien ejemplares diarios de carabela portuguesa, pero ayer, debido a las corrientes y al tiempo, ya llevaban recogidas más de 300 medusas a mediodía.
Con este método no se garantiza "el 100% de la efectividad, en especial con viento del noroeste", lo que hace que algunas medusas se cuelen a estas redes y lleguen hasta la bahía, donde la embarcación de limpieza de flotantes habitual, de FCC, se encarga de recogerlas.
Pese a todo esta labor de filtro, algunas alcanzan a los bañistas, sobre todo en playas como la de Zarautz, donde las picaduras de medusas y anémonas han alcanzado la cifra de 81 asistencias en lo que va de temporada, superando a los rescates (60), tan habituales en un arenal con fuertes corrientes.
De ahí que Elorza considerara adecuado ayer solicitar para la próxima temporada de verano una reunión con el resto de municipios afectados por las medusas y la Diputación de Gipuzkoa para poner en marcha el actual servicio del que disponen ellos en los demás arenales. El coste, sólo en Donostia, es de 20.000 euros por temporada.
asistencias De todos modos, éste no es un fenómeno nuevo, como recuerda el director de Emergencia de Cruz Roja. "Empezamos a tener este tipo de medusas hace dos años y hubo cierta alarma porque era algo desconocido. El año pasado apenas tuvimos, y este año sí que han aparecido bastantes", explica Freixa.
Pero la labor de esta entidad no acaba con las afecciones de las aguamalas, que apenas representan el 6% de todas las asistencias sanitarias. Entre ellas destacan, por ejemplo, los 364 casos de picadura de sabirón o pez araña. De éstas, 66 se han registrado en la playa de Deba.
Las picaduras de insectos tampoco son baladí. Hasta 236 asistencias por esta causa ha realizado Cruz Roja. El capítulo que suma la mayor cifra, no obstante, es el de cortes y heridas, con un total de 1.509 atenciones. Llama la atención las 200 realizadas por traumatismos cerrados, las trece registradas por lesiones solares, las 24 lipotimias o los 20 pinchazos de erizo, la mayoría de estos últimos en el puerto de Mutriku.
Por arenales, la playa con mayor número de asistencias es La Concha (639), seguida de Zarautz (505) y La Zurriola (403). Donde menos ha tenido que actuar Cruz Roja es en la playa Ondarbeltz de Mutriku, con tan sólo quince asistencias.
sacarlos del agua En rescates, sin embargo, lleva la delantera por mucho Zarautz, con un total de 60 personas que los socorristas han tenido que sacar del agua. En La Zurriola apenas han sido 33 y en Itzurun (Zumaia) quince. Desde Cruz Roja apuntan que la mayor parte de los rescates "ha consistido en bañistas arrastrados por las corrientes y que se estaban bañando cuando estaba ondeando la bandera amarilla, que indica precaución".
En cuanto a los traslados desde centros sanitarios, la playa zarauztarra vuelve a encabezar la lista con 32, seguida por La Concha, con 25, y La Zurriola, con 21. La Isla donostiarra y Ondarbeltz, en Mutriku, son las dos únicas playas en las que no se han producido ni traslados ni rescates.
Según Freixa, "éste es un verano mucho más tranquilo que otros años; el año pasado tuvimos más de 5.000 asistencias y este año llevamos 3.300".
CONSEJOS PARA PASAR UN BUEN VERANO
l "Este verano quiérete mucho". Así es como se llama la nueva campaña de verano de Cruz Roja que están presentando esta semana por diversas playas de Gipuzkoa. La playa de La Zurriola de Donostia fue la primera y le seguirán hoy la de Deba, el viernes la de Orio y el sábado la de Hondarribia. En palabras de Maider González, responsable de Salud y Desarrollo Local de Cruz Roja, "con esta campaña, se pretende dar a conocer consejos básicos para el verano y, fundamentalmente, se centra en los riesgos que tienen el sol y el agua".
CONSEJOS BÁSICOS RESPECTO AL...
l Sol. Utilizar una protección solar adecuada a nuestra piel, aplicarla 30 minutos antes de salir de casa y repetir la aplicación cada dos horas o cada vez que se salga del agua. Protegerse la cabeza de los rayos solares para evitar la insolación. Prevenir la deshidratación y beber abundante agua o líquidos, especialmente niños y ancianos.
l Agua. Respetar las banderas de señalización de las playas y seguir las indicaciones de los socorristas. Es recomendable
no zambullirse de cabeza en los fondos desconocidos y no entrar en el agua bruscamente, sobre todo, después de haber tomado el sol durante mucho tiempo o haber comido.
l Medusas. Si le pica una medusa (como la carabela de la imagen) hay que salir del agua inmediatamente para dirigirse al puesto de socorro o pedir ayuda. Lavar con una solución salina. Es preferible no aplicar agua dulce ni frotar con arena. Aplicar hielo sobre la zona afectada durante 15 minutos evitando que sea directamente sobre la piel.
PASOS A SEGUIR PARA LA REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR
l Uno. Asegurar el lugar de los hechos.
l Dos. Comprobar el estado de consciencia de la víctima.
l Tres. Gritar para pedir ayuda.
l Cuatro. Abrir la vía aérea.
l Cinco. Iniciar 30 comprensiones torácicas.
l Seis. Realizar 2 insuflaciones (boca a boca).
l Siete. Alternar comprensiones en el pecho con insuflaciones hasta que llegue la ayuda o inicie la respiración espontánea.