De Punta Cana a Basaburua. A Enrique Alza y Sonia González alfinal no les importó celebrar su boda entre familiares y amigosen el hotel Peruskenea de Jaunsarats. La ceremonia, previstaen arenas dominicanas, tuvo que ser cancelada ante el caos originadopor la huelga encubierta protagonizada por los controladoresaéreos el pasado puente de la Constitución. El vuelo a RepúblicaDominicana que iba a tomar la pareja y una veintena de invitadosmás debía salir el viernes, pero después de un fin de semanade espera en Madrid, el domingo por la tarde regresaban a Pamplonasin haber conseguido volar. Meses de llamadas, búsqueda de contactosy papeleo con el consulado para poder celebrar su boda en PuntaCana quedó en nada.

La pareja no olvida la angustia de haber pasado "55 horas en Barajas", sin saber cuándo podrían volar y con la indignación de que "no han dado ninguna explicación, la aerolínea Iberworld se portó fatal, porque nos prometió un vuelo y no fue así, el avión se fue vacío el sábado por la tarde", se quejó Alza. El padre del novio, Jerónimo Alza, ex jefe de la estación de Renfe en Pamplona, criticó también que "la información fue nula, los medios daban noticias contradictorias". "Fue terrible, hubo gente que estuvo tirada casi tres días, durmiendo en el suelo del aeropuerto, nosotros al menos pasamos las dos noches en un hotel, aunque el sábado tuvimos que pagarlo nosotros", añadió Alza, que lleva unos cinco años viviendo en Valencia. "Como la compañía no se hizo cargo de nosotros la segunda noche, tuvimos que buscarnos la vida y encima los hoteles aprovecharon la avalancha de gente para subir los precios", añadió Alza. Por su parte, Sonia González relató que hubo muchas otras personas en una situación más grave que la suya. "Madres desesperadas porque sus hijos estaban en el aire o gente que tenía que operarse", contó la joven.

Sin embargo, quisieron dejar a un lado el mal trago y centrarse "en pasárselo bien", antes de partir en un crucero como viaje de luna de miel. El novio quiso agradecer, ante todo, que el gerente del hotel Peruskenea, José María Astiz, les cediese la estancia y les ayudase a preparar la celebración. "En cuanto entramos por la puerta, José Mari nos dijo que no nos preocupásemos, que nos pondría música y que podríamos estar hasta la hora que quisiésemos", contó Alza.

Un poema por parte de la novia y la intención de cantar una jota por parte del novio centró la ceremonia nupcial, en la que no faltaron comentarios en alusión a los controladores y a Punta Cana, "me voy a imaginar que estoy entre palmeras", bromeó Sonia que, ante los problemas para encontrar una canción, explicó "esto es lo que pasa cuando se prepara una boda en dos días". Todo quedó en familia. Incluso el hijo de la pareja, Unax, de dos años y medio, estuvo en brazos de su madre durante la ceremonia.

Tras el "sí, quiero", rodeados de aplausos y piropos, todos los presentes salieron de la estancia y rodearon a Annia Cobo, sobrina por parte de la novia, que dedicó un aurresku a los recién casados.

"Hemos conseguido nuestro sueño y me tomaré una copa de champán brindando por ellos. Es injusto que hayan podido paralizar un país casi tres días, que hayan sido capaces de hacer tanto daño, espero que puedan dormir con la conciencia tranquila", dijo Sonia González, quien asimismo reconoció que "ha sido muy duro, les denunciare e iré a muerte porque lo que han hecho no tiene perdón".