tifariti. Saida Sah Hebib era estudiante em Smara en 1952 cuando el Sahara Occidental estaba ocupada por el Gobierno español. En aquel año se integró en la Agrupación de Tropas Nómadas; militares que montaban a camello y su misión era vigilar las fronteras, principalmente de la zona norte. Su puesto estaba a 45 kilómetros del Aaiun y a 22 kilómetros de la frontera marroquí. Hebib recuerda lo absurdo de su última misión: "El rey se vino hasta el Sahara y dio la orden de defender esa posición, sin embargo al cabo de dos semanas nos dieron un permiso indefinido que daría paso a la Marcha Verde de 1975". Apenas veinte días después "nuestro Ejército y hacía operaciones militares utilizando el mismo uniforme, el español". Alrededor de 300 saharauis formaban aquel cuerpo que había sido instruido militarmente bajo el mandato colonial y que posteriormente se incorporaría al ejército saharaui. A finales de 1975 se formaba el Frente de Liberación del Sahara en medio de una nube de polvo de arena, la de la historia de este pueblo.

la academia española

Los veteranos de la ex colonia

La denominada ATN estaba dividida en tres grupos, uno para defender cada una de las grandes ciudades: Smara, Aaiun y Dajla, y a su vez cada uno de ellos constaba de tres compañías cada una de ellas compuesta por unos cien saharauis y una treintena de españoles. Saida cree que la guerra ha sido la mejor academia de formación del pueblo saharaui y la experiencia adquirida en artillería e infantería suficiente para reiniciar la lucha. Es de los que creen que si no fuera por la presión del Polisario que aceptó el plan de paz Marruecos hace años que hubiera salido del Sahara. "Recuerdo que elegíamos un trozo de muro de 40 kilómetros y entrábamos sin tener que sufrir muchas bajas", plantea. "Los soldados marroquíes estaban lejos de su tierra, comían arena, cobraban poco y cuando oían nuestra llegada de madrugada huían…". "El Ejército marroquí no está hoy en día en condiciones de luchar, no han oído un tiro en su vida, no han entrado en combate, son todos soldados nuevos, los que combatieron ya no están y lo sabemos porque hay familias saharauis que han tenido contacto con soldados marroquíes", lo que contrapone al espíritu de lucha del pueblo saharaui que aporta "experiencia de todos los que también combatieron. Alrededor del 70% de la generación pasada entraría en la guerra. Y si no iremos a la retaguardia", señala. Afirma que las nuevas tecnologías militares no les asustan. "Estamos al día, hay una formación constante desde el alto el fuego", señala a sus setenta años este combatiente que, reconoce, que como "nadie nos hizo soldados, no hay tampoco jubilación". Aviva la memoria cuando recuerda la operación militar de 1984. Eran tiempos en los que se derribaban aviones Mirash con misiles, lo que se atribuía falsamente a la presunta colaboración argelina o cubana, pero accedieron a una tecnología aprensándola al enemigo. "Se conforman con darnos pan y víveres pero lo triste es lo que están haciendo gobiernos como el español", denuncia. Hay movimientos "no bélicos" que le hacen presentir que "hay que estar preparados para algo nuevo".

el regreso

"Todos volveremos a luchar"

Mohamed Ladilla recuerda en el enclave de Tifariti fue un enclave español que "envenenó" Marruecos: había un fuerte militar y una prisión reconvertida hoy en cuartel del Polisario. Ladilla es un alto cargo militar y, a la vez, alcalde de Tifariti. "La gente quiere la paz pero si hay una vuelta a las armas no duda de que todos los que salieron regrasarán a luchar y "sin pedir ayuda militar a nadie", admite este combatiente a sus 60 años.

Admite que el Frente Polisario no hubiera parado la guerra de no ser porque se planteó una solución política. "Nunca viviría bajo una bandera marroquí, antes muerto", declara. Al igual que reconoce que no hay nada que le una a un marroquí. "Somos diferentes en cultura, en lengua, somos un pueblo que se siente libre y jamás lo sería con Marruecos", reitera.

Su familia ha visto hasta donde puede llegar la crueldad de Marruecos con el pueblo saharaui. "En el ataque a los campamentos vertieron agua caliente contra los niños, dispararon contra las mujeres…nosotros luchamos por nuestra tierra, ellos en cambio lo hacen sin motivación, a cambio de dinero pero no creen lo que hacen". Habla con orgullo de las armas que han incautado al enemigo, y asegura que "la historia se volverá a repetir en caso de guerra".

Tiene cinco hijos, uno de ellos viviendo en la península y cuatro trabajan como militares. Cada tres meses recibe una pequeña asignación que no detalle del Ejército saharaui, mientras posa para la foto frente a un tanque marroquí destruido, un T-45 de fabricación rusa. "Aquí todos somos voluntarios", remarca.

los jóvenes

Universitarios en otro frente

Ammi Bachir representa a la generación más joven. Tiene 25 años y comparte, dice, la misma inquietud porque, aunque no estuviera presente, su corazón ha participado en esta lucha. Estudió en Cuba (Economía), España (perfeccionó su español) y Libia, todavía no ha hecho el servicio militar que se hace a los 18 años tras pasar un año por la academia militar. Ahora le toca ponerse el uniforme, y quién sabe qué más... No importa, tiene claro que el ataque al campamento de la Dignidad en el Aaiun fue una "señal de guerra" inequívoca. "Yo estoy dispuesto a dar la vida por mi familia, por mi madre, para que pueda volver a su casa", señala. Nació en el campamento de la wilaya de Dajla pero no conoce la ciudad real. Si tuviera que salir del desierto sería para trabajar para que a su familia no le falte de nada. Su padre también estudió Historia en La Habana y pasó de la universidad al frente. Son cuatro hermanos, el mayor está en nuestro país, dos en los campos y otro estudiando en Libia. Dice que el pueblo marroquí y no solo su gobierno es enemigo del pueblo saharaui. "Lo han demostrado en el Aaiun donde civiles marroquíes han entrado en propiedades de los saharauis, han saqueado tiendas, a mi tía le robaron todo lo que tenía en la joyería…han actuado con la misma vileza que el propio Ejército. Un saharaui jamás robaría…".

Ladilla dice que a los niños pequeños se les enseña a conocer la riqueza de su tierra, las montañas que guardan minas de uranio, fosfatos, yacimientos de petróleo… "Marruecos y España han codiciado el Sahara por su riqueza". Y ésta es la verdadera razón que explica la ocupación de su tierra, remarca.

la artillería

"Confiamos en la gente joven"

Habuha Braica es jefe del primer regimiento de artillería de la segunda Región habla del Ejército marroquí como un ejército "asustado y debilitado". "Estamos en plena disposición combativa, tenemos nuestro material bélico en condiciones y esperamos la decisión política", insiste. No descartan ningún escenario. "Es posible que los marroquíes se aventuren hacia posiciones más duras y de hecho el último discurso del rey fue amenazar con entrar en los territorios que ha conquistado el Polisario y nosotros defenderemos hasta el último rincón", observa. Ya cuentan con el 20% del Sahara "liberado", añade.

Bracia muestra plena confianza en la gente joven que nunca ha luchado porque está "más dispuesta que nosotros, la mayoría son hijos de militares, hijos de beduinos que han nacido aquí en el exilio, hijos de mártires, y se ven privados como jóvenes de todas las oportunidades". Este mando, de 44 años, nació en el Aaiun, en 1985 se graduó como Oficial del Ejército tras hacer carrera militar.

Durante los seis años que participó en la guerra ha podido comprobar que el soldado marroquí no representa un peligro porque han visto que los que han hecho prisioneros tienen una "moral baja, decaída, con problemas de consumo de drogas, de deserción, insubordinación e incluso en la primera línea del muro sabemos que hay muchos soldados que se dedican al tráfico de drogas". "Nosotros sabemos que morimos por una causa justa y porque se nos ha arrebatado la tierra", señala. Denuncia además que el Estado español ha vendido a un precio simbólico material bélico sofisticado al Gobierno marroquí. Tiene claro que en caso de guerra la gente joven vendría a luchar, y "nunca combatirá con nosotros nadie que no sea saharaui". "Lo hemos constatado en las manifestaciones que hubo en los campamentos de jóvenes saharauis reclamando retornar a la guerra tras los sucesos del Aaiun", indica. "Y nunca aceptaríamos un autogobierno bajo control marroquí, para eso hemos permanecido 35 años de ocupación", apostilla.

Saida Sah Hebib, ex combatiente español y combatiente de 70 años. Foto: a.i.