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Miles de personas claman al unísono a favor de una salud universal, gratuita y de calidad

más de 3.000 manifestantes en la marcha convocada por una treintena de colectivos Acusan al Ejecutivo de "mentir" para justificar privatizaciones y recortes que la ciudadanía empezará a "notar" este verano

Miles de personas claman al unísono a favor de una salud universal, gratuita y de calidadUnai Beroiz

PAMPLONA. La reivindicación del derecho de todas las personas a una sanidad pública, el rechazo al co-pago y a la privatización del sistema público, unió ayer a alrededor de 3.500-4.000 personas (5.000 según los organizadores y 2.000 según Policía Municipal) en una multitudinaria marcha que se distinguió por la pluralidad de voces y lemas. La manifestación partió de Carlos III y recorrió diferentes calles de Pamplona, atravesando la Baja Navarra, para culminar con la lectura de un comunicado en la Plaza del Castillo. Fueron visibles las pancartas de la treintena de colectivos sociales y sindicales que respaldaron la iniciativa, todos ellas en pie de guerra ante una sanidad pública, entendida como una asistencia universal, gratuita y de calidad, en "grave peligro". Caras tan diferentes como Sasoia, Traperos, ESK, CCOO, LAB, Juventudes de UGT, Andrea, Suspertu, Sare, Sos Racismo... Y entre quienes mostraron su apoyo a esta protesta se encontraba también la Plataforma social para la defensa del Estado de Bienestar y los Servicios Públicos en Navarra que integra a UGT y Juventudes Socialistas.

Las "agresiones" del Gobierno central y del Ejecutivo foral contra los servicios públicos pretende convertir un derecho en "un negocio", resaltó Iñaki Abad dando lectura al comunicado final que siguieron de cerca parlamentarios, sindicalistas, representantes de colectivos y ciudadanos superando fracturas ideológicas. Todos ellos coincidieron en acusar al Gobierno de "mentir" cuando dicen que no hay dinero para salud y que el sistema actual es "insostenible" porque desde hace dos años han recortado el presupuesto para salud en más de 250 millones de euros, dinero que va a parar, denuncian, a "financiar el TAV, el circuito de Los Arcos y los agujeros negros de la banca". Mienten también, añaden los organizadores, cuando dicen que los recortes son de "obligado cumplimiento" porque "todas las competencias sanitarias son Navarra y tampoco están obligados a apoyar estas políticas en el Congreso y UPN lo hace". Mienten además cuando apelan a la "eficiencia y calidad" del sistema después de dejar a "amplias zonas rurales de la montaña y el Pirineo sin cobertura de urgencias, cuando sobrecargan las ya saturadas consultas de los centros de Primaria obligado a no cubrir las bajas y vacaciones, cuando alargan las listas de espera para operarse y para ser vistos por especialistas, cuando siguen desatendiendo las necesidades en salud mental de la población...". Cuestionan a su vez la justicia del sistema de copago y la salida del sistema de los inmigrantes en situación irrregular y a personas mayores de 26 años que no hayan cotizado previamente: "¿No somos todos y todas personas?".

Un alegato oficial que fue precedido del manifiesto de Fernando Sanz, del colectivo de cocinas hospitalarias, camuflado en la parodia como monje enterrador del sistema público. Sanz señaló que una sociedad que no cuida a los débiles es "una sociedad fascista", tras denunciar "años de contratos en precario" y el daño que va a producir el "repago" en jubilados y enfermos crónicos. No hay dinero para "lo asistencial pero sí para los forales".

Para David Mendaza, de LAB, las medidas de recortes tocan la Cartera de Servicios y la "exclusión de sectores o grupos sociales como inmigrantes y jóvenes que no hayan cotizado, el pago de recetas de jubilados y el enfermo crónico". Reitera que Navarra tiene capacidad de autogestión y autogobierno pero se "pliega" a las medidas del PP.