bilbao - Quince años después del atentado que arrebató la vida al magistrado de la Audiencia Provincial de Bizkaia José María Lidón Corbi, su asesinato sigue impune y sus autores no han pasado ante un tribunal. Tras una primera sentencia errónea, ahora la familia espera que los presuntos asesinos identificados finalmente como Garikoitz Aspiazu Txeroki y Olaia Asier Arzalluz Sendoa sean extraditados de Francia para poder ser juzgados por la muerte de Lidón que ayer, como todos los 7 de noviembre desde aquel 2001 en que fue tiroteado frente a su casa en Getxo y en presencia de su hijo Iñigo, fue recordado por sus colegas de la judicatura en un homenaje celebrado en el Palacio de Justicia de Bilbao.

Lidón no fue ni el primero ni el único juez o miembro de la judicatura asesinado o golpeado por ETA. Hubo otros magistrados y fiscales a los que segó la vida tanto en la CAV como en el resto del Estado. Y otros muchos, anónimos, tuvieron que ejercer bajo la presión y la amenaza de la banda con todo lo que eso suponía profesional y personalmente. De eso sabe bastante Juan Luis Ibarra, uno de los jueces que vivió escoltado durante años. El ahora presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco participó ayer en el homenaje a su excompañero y en su discurso ajustó las cuentas, en nombre de la Justicia, con una ETA que ha echado la persiana de la violencia pero aún no ha apagado la luz. “¿Dónde está vuestra victoria?”, preguntó en voz alta, para a renglón seguido añadir: “La nuestra está a la vista”. Sonó a desahogo, aunque su alocución fue una constatación de una realidad incontestable.

El jefe de los jueces vascos señaló que la administración de Justicia hoy no se explica “sin la experiencia de haber sobrevivido a los años de plomo en los que se produjo el asesinato de Lidón, así como daños personales, institucionales y sociales causados por quienes emplearon la muerte como medio de acción política”. También tuvo un mensaje para quienes desde la política o el silencio justificaron los asesinatos de ETA. “Sobrevivimos y podemos mirarles de frente, a ellos y también a quienes a través del discurso del odio lo justificaron, o a quienes miraron al otro lado y no evitaron que aquello siguiera ocurriendo”. Asimismo aseguró que los jueces amenazados por ETA no están “contaminados” por el derecho penal de los “enemigos” y volvió a abogar por una justicia restaurativa que no vaya a “transigir o transaccionar con quienes reclaman un diploma en la universidad del olvido”.

Por su parte, el anterior juez-decano Alfonso González-Guija denunció la “sinrazón de los criminales” y advirtió de que nada puede servir como “factor propulsor del olvido”, mientras que Manuel Ayo, presidente de la Audiencia de Bizkaia, recordó que ni ETA se ha disuelto ni ha manifestado su “perdón a las víctimas”.

Además de la viuda de Lidón, Marisa Galarraga, y sus dos hijos Iñigo y Jordi, asistieron al homenaje Josu Erkoreka, portavoz del Gobierno vasco, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, la directora de Víctimas y Derechos Humanos, Monika Hernando; el Fiscal Superior del País Vasco, Juan Calparsoro; el vocal del CGPJ Enrique Lucas Murillo, y el director del Memorial de Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, entre otros.

llevados a parís ante el juez

Mikel Irastorza. El presunto jefe de ETA, Mikel Irastorza, y la pareja que lo albergaba en Azkaine (Lapurdi) fueron trasladados ayer a París desde la comisaría de Baiona para ser presentados ante un juez antiterrorista. Los tres detenidos el sábado por la policía francesa en colaboración con la española deberían pasar a disposición judicial antes de mañana. Las detenciones se produjeron a raíz de una investigación preliminar abierta el viernes por la Fiscalía antiterrorista de París por “asociación de malhechores con fines terroristas”. En caso de ser imputados, el llamado juez de las libertades y de la detención decidirá sobre su ingreso o no en una prisión francesa.