huelva - En los registros que la Guardia Civil ha realizado en la vivienda del asesino confeso de la joven profesora de 26 años Laura Luelmo ha quedado constatado que Bernardo Montoya, su vecino de enfrente, de 50 años, recién salido de la cárcel, trató de borrar todas las pruebas que le incriminaban como autor de su muerte. Limpió toda la casa y sus propias ropas con lejía y se deshizo de todos los enseres de su víctima y de su propio cuerpo trasladándolo en su coche, un Alfa Romeo oscuro.

Los investigadores han hallado en dos localizaciones próximas al municipio de El Campillo (Huelva) una manta ensangrentada y una serie de objetos personales pertenecientes a la joven zamorana.

Concretamente, la manta ha sido hallada en un contenedor situado en el kilómetro 167 de la N-435, a apenas un kilómetro de donde el pasado lunes fue hallado el cadáver de la profesora, han informado a Efe fuentes cercanas a la investigación.

El resto de enseres, entre los que estarían las llaves del coche y la casa de Laura y un monedero, los han encontrado en otro contenedor próximo al cementerio de la localidad.

Ambos contenedores han sido retirados de los lugares en los que están normalmente ubicados.

Por su parte, Bernardo Montoya, autor confeso de la muerte, permanece en la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, y, en principio, no está previsto que sea trasladado a ningún lugar en la jornada de hoy.

Así lo han confirmado desde la Guardia Civil, indicando, además, que la fecha límite de puesta a disposición judicial es mañana a las 13:00 horas, cuando se cumplen las 72 horas máximas de detención policial.

Montoya llegó a la Comandancia de Huelva ayer a las 2:20 de la madrugada y fue allí, a las pocas horas, donde confesó el crimen de Laura Luelmo pero aportando una versión que poco a poco los investigadores van desmontando con las pruebas que van obteniendo y con los resultados de la propia autopsia.

Negó que la hubiera agredido sexualmente, aunque la autopsia confirma esa agresión, y tampoco reconoció haberla llevado a su casa en El Campillo (Huelva), situada a escasos metros de la víctima, donde los investigadores han encontrado restos de sangre que podrían corresponder a la joven -se está a la espera de los resultados- y que el detenido no pudo hacer desaparecer a pesar de haber fregado la vivienda para borrar cualquier pista.

Por su parte, en El Campillo los efectivos del Servicio de Criminalística han llegado de nuevo a la vivienda pasadas las 10:30, después de que ayer concluyeran su trabajos en ella alrededor de las 21:00 horas, y han vuelto a trasladar su laboratorio móvil para seguir con las pesquisas.

AUTOPSIA La autopsia realizada el martes en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Huelva acreditó que Bernardo Montoya abusó también sexualmente de ella, además de golpearle con un objeto en la frente que le provocó la muerte entre los días 14 y 15 de diciembre, es decir, entre dos y tres días después de su desaparición en El Campillo (Huelva), confirmaron fuentes de la investigación. Además, la Guardia Civil halló “muchos restos de sangre” en la casa de Montoya.

Bernardo Montoya, con graves antecedentes penales, fue detenido a mediodía del martes, 24 horas después de que apareciera el cadáver de la maestra zamorana de 26 años, confesando el crimen durante el interrogatorio policial.

Ya por la mañana fue conducido por los investigadores de la Guardia Civil a la casa de El Campillo, en la calle Córdoba donde también vivía de alquiler Laura Luelmo, para intentar reconstruir las circunstancias del crimen. Su llegada al pueblo provocó la movilización de un grupo de vecinos que rompieron el cordón policial e insultaron con gritos de “¡asesino!” al criminal confeso. La juez de Valverde del Camino al frente de la investigación ha decretado el secreto de sumario.

Los agentes de la Guardia Civil, entre los que se encuentran expertos de la Unidad Central Operativa (UCO) y del Servicio de Criminalística, creen que Bernardo Montoya maniató el miércoles día 12 a la joven maestra para meter su cuerpo en el maletero de su coche, un Alfa Romeo de color negro que es objeto de análisis, y con el que la llevó a las afueras de El Campillo.

Los investigadores creen que la joven maestra pudo morir malherida en el paraje donde un voluntario dio la alarma el lunes de que estaba el cuerpo, al hallar ropa de mujer.

contradicciones Durante el interrogatorio policial Bernardo Montoya, de 50 años y que acababa de salir de prisión en octubre por dos robos con violencia -antes estuvo en la cárcel por matar a una anciana-, incurrió en contradicciones e inexactitudes. Según él, discutió con la joven pero no llegó a consumar la violación, dato que sin embargo fue confirmado por la autopsia.

El equipo del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, que ha desplazado a la zona un laboratorio móvil y una helicóptero, está analizando los restos biológicos y las pruebas halladas para determinar con exactitud qué ocurrió entre el 12 de diciembre, el día de su desaparición, y el momento en el que la autopsia ha datado su muerte, entre el 14 y el 15 de diciembre.

El cadáver de Laura se encontraba boca abajo en un paraje a las afueras de El Campillo, en las inmediaciones de la N-435. Del mismo alertó sobre las 12.00 horas del lunes un voluntario que participaba en las labores de búsqueda, ya que encontró prendas de mujer. La Guardia Civil halló a unos 200 metros del lugar del hallazgo de las prendas el cadáver.

Las Fuerzas de Seguridad también están analizando el coche negro marca Alfa Romeo que Bernardo Montoya conducía cuando fue detenido este martes. El arresto se produjo cuando sospechó del seguimiento que le estaba haciendo la Guardia Civil, parando el coche en un punto entre El Campillo y el pueblo vecino de Cortegana para tratar de huir corriendo campo a través. El detenido fue llevado al puesto de Valverde del Camino, pero anoche se decidió trasladarlo a la comandancia de Huelva.

pruebas claves Al frente del interrogatorio se encuentran los expertos de la Unidad Central Operativa (UCO) que intervinieron en los casos de Diana Quer o el niño Gabriel Cruz. Disponen de un plazo legal máximo de 72 horas, antes de que Bernardo Montoya pase a disposición de la juez de Valverde del Camino, que ha decretado el secreto del sumario.

Se mantiene la búsqueda de pruebas consideradas claves como el teléfono móvil de Laura. En los días previos a su detención, la Guardia Civil tuvo controlado los movimientos de Bernardo Montoya, al igual que a su hermano gemelo Luciano, que estaba interno en la prisión de Ocaña (Toledo).

Posteriormente, el viernes día 19, los agentes pidieron a la prisión de Huelva que revisaran las cámaras del centro al tener constancia de que había disfrutado de un vis a vis y había aparcado su coche al lado de unos contenedores, aunque esta diligencia no aportó novedades para la investigación.- E.P.

increpan a montoya en su casa

Saltan el cordón policial. Un grupo de vecinos de El Campillo (Huelva) saltó ayer el cordón policial que protege la casa de Bernardo Montoya, asesino confeso de Laura Luelmo. El detenido fue trasladado por efectivos de la Guardia Civil desde la comandancia en Huelva capital al municipio onubense en el que vivía y donde la profesora había alquilado una casa para reconstruir los hechos que condujeron a la muerte de la joven. Montoya llegó al lugar en torno a la una y media de la tarde y durante la hora y media aproximada que duró la actuación en la casa del asesino confeso, un número creciente de personas se congregó en los alrededores.

Homenaje en Valencia. Profesores y alumnos del máster de Secundaria que cursó Laura Luelmo en Valencia la homenajearon ayer con un mural lleno de frases para “abrir los ojos” a las nuevas generaciones y lanzar un mensaje de libertad. “De camino a casa quiero ser libre, no valiente”, reivindicó uno de los lemas.

Cortegana pidió la expulsión de Montoya del pueblo. Vecinos de Cortegana, localidad natal de Bernardo Montoya, pidieron en el 2015 ante la Guardia Civil y el Ayuntamiento su expulsión del pueblo dado su historial delictivo.

El pueblo gitano lamenta la deshonra a su colectivo. La vicepresidenta del Consejo Estatal del Pueblo Gitano (CEPG), Beatriz Carrillo, rechazó ayer que se estigmatice al colectivo tras la detención de Bernardo Montoya. Carrillo lamentó que la pertenencia de Montoya a la comunidad gitana “está siendo utilizada por los altavoces del discurso de odio”.