PAMPLONA. La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Navarra (AFAN) ha pedido una "mayor coordinación" en la gestión de los recursos destinados a personas con demencia y a los profesionales que trabajan con esta enfermedad infradiagnosticada hasta en un 50 % y de la que constan 5.500 afectados en Navarra.

Así lo han puesto de manifiesto en la Comisión Parlamentaria de Salud varias representantes de AFAN, cuya presidenta, Aurora Lozano, ha resumido la suya como "una asociación muy modesta" que lleva 30 años trabajando con afectados y familiares por demencia, principalmente Alzheimer, cuya percepción de la situación es "limitada" porque tienen contacto con alrededor de solo el 10 % de los pacientes de una enfermedad ya de por sí infradiagnosticada.

En cualquier caso, la falta de evidencia científica en sus percepciones es corroborada con estudios médicos y por el departamento de Salud, mientras que las carencias las constatan día a día y las han recogido en un documento que principalmente alerta de "falta de coordinación en los servicios médicos", agravada por la escasez de tiempo de las consultas, o la falta de accesibilidad al profesional de referencia ante la descompensación de un paciente.

Son algunos de los puntos subrayados, para cuya solución han propuesto unas líneas de trabajo como el seguimiento del Plan de crónicos y demencias 2014-20, la incentivación de los profesionales sanitarios para su formación específica y continuada, la optimización de protocolos, la mejora de los recursos disponibles en Navarra, o la regularización de la situación de la Clínica Josefina Arregui de Alsasua.

Este centro es, según Lozano, un "servicio imprescindible que habría que mimar" y que, aunque con pocas camas, ofrece "un modelo de clínica original, útil y que funciona muy bien".

El resto de compañeras de la Junta Directiva de AFAN ha completado una visión sobre la situación en la que han puesto el acento en la necesidad de formación de los profesionales, han alertado de visos de "deshumanización en el trato", y han constatado la excesiva "carga de trabajo" de los profesionales de atención primaria, que afecta a un fallo también en los criterios de derivación y a la infrautilización de recursos públicos.

También han explicado que en la actualidad hay una lista de espera para la atención especializada de unos 2 ó 3 meses, en los que el paciente mantiene "un trastorno de comportamiento imposible de sostener por el sistema familiar", una situación que se agrava en las zonas rurales, con menos recursos médicos y de infraestructuras por ejemplo de transporte.

Con todo ello, han puesto en valor el apoyo y el trabajo que hacen asociaciones como la suya, y por ello han subrayado la necesidad de "apoyo al tercer sector" que crea este engranaje alrededor de los enfermos y familiares, con medidas como, por ejemplo, el adelanto a principios de año de las subvenciones que ahora se otorgan a mediados de año, lo que frena el funcionamiento durante los primeros meses.

En el turno de los grupos, todos se han hecho cargo de la magnitud de un problema como el de la afección de una demencia y la "ruptura" familiar que supone su atención, que se atenuaría con la mejora tanto de recursos como de apoyo familiar.