La resaca del acuerdo presupuestario ha dejado todas las cartas boca arriba en el Parlamento. Los grupos reaccionaron al pacto entre los socios (PSN, Geroa Bai y Podemos) con I-E y EH Bildu para alumbrar las Cuentas de 2021 con buenas palabras y haciendo hincapié en que dotarán de estabilidad a Navarra en un momento complicado.

El único grupo que ha entonado críticas ha sido Navarra Suma. Y sin demasiado fundamento argumental. Su portavoz, Javier Esparza, obvió el contenido del acuerdo (55% de gasto social, techo de gasto histórico) para centrarse en hacer críticas ad hominem, esas que se hacen atendiendo a lo personal, no a los hechos. "EH Bildu es una formación política muy alejada de los principios éticos de la mayoría social navarra", ha dicho Esparza, que ha hecho varias veces alusión a que este acuerdo arrincona al 40% de la sociedad navarra. Es el cálculo fácil y equivocado, ya que Navarra Suma tiene el 40% de los escaños del Parlamento, pero no los ha conseguido con el 40% de los apoyos, sino con muchísimos menos.

Pero hasta ahí. La cuchara está entregada, y el resto de grupos, el bloque progresista, saludó las Cuentas. Ramón Alzórriz (PSN) ha dicho que la ciudadanía tiene que estar "tranquila y satisfecha"; Uxue Barkos (Geroa Bai) celebró que son unos Presupuestos "doblemente importantes", en la medida en la que dotan de estabilidad política (algo que siempre ha subrayado Geroa Bai) y son la pista de aterrizaje de los fondos europeos; Bakartxo Ruiz (EH Bildu) habló de satisfacción por dejar de lado "las viejas recetas"; Mikel Buil (Podemos) se alegró de que las Cuentas "representen" las aspiraciones de su grupo; y Marisa de Simón (I-E) los ve necesarios porque "refuerzan los servicios públicos".