Había preparado una declaración institucional UPN en el Parlamento con motivo del Día de Navarra. Una defensa clásica de Navarra como comunidad diferenciada dentro de España y apelaciones al Amejoramiento, a la que como era previsible han votado en contra el resto de grupos, menos el PSN. El argumento perfecto para que el líder de la formación regionalista mostrara su indignación con los socios que sostienen al Gobierno de María Chivite, si no fuera por que resulta que el enemigo real del régimen foral está en casa.

Las críticas de distintos dirigentes de Ciudadanos estos últimos días han puesto en evidencia hoy al líder Navarra Suma, que ha restado valor a las propuestas de supresión "porque no son propuestas como partido", sino de miembros a título individual. Que eso mismo han hecho otros dirigentes socialistas. Y que el peligro real "es el nacionalismo vasco que quiere que Navarra desaparezca". "No nos gustan esas palabras, pero tengo muy claro lo qué firmamos con UPN", se ha justificado hoy Esparza en el Parlamento.

Argumentos que si embargo no ocultan la contradicción interna que para UPN le supone la alianza en Navarra Suma con Ciudadanos, y que acaba lastrando el mensaje en días como hoy, en los que la defensa de la foralidad acaba siendo un arma de confrontación partidista más que un sólido principio ideológico. Lo ha visto claro el portavoz del PSN, Ramón Alzórriz, que no desaprovechado la ocasión para recordar a Javier Esparza "que Navarra se defiende también con hechos, no solo con declaraciones".