La pandemia de la covid-19 ha causado estragos en los planes de futuro de la población joven de Navarra, donde el número de personas menores de 30 años que se plantea dejar de vivir con sus padres se ha desplomado 15 puntos porcentuales. Son datos del Informe de la Juventud en España 2020, donde se detalla que antes de que el coronavirus cambiara por completo nuestras vidas un 48% de jóvenes que todavía viven con sus progenitores se planteaba emanciparse, mientras en junio de 2020 solo el 32,8% tenía intención de abandonar el domicilio familiar.

En el año 2020, las opciones que una persona joven tenía para abandonar el hogar eran mucho menores que anteriormente. En el segundo trimestre de ese año, solo el 15,9% de la población de entre 16 y 29 años estaba emancipada, lo que supone un retroceso de 5,5 puntos porcentuales en un año. Ese descenso en la tasa de emancipación fue más intenso entre las mujeres jóvenes navarras, con una caída interanual de 6,6 puntos, frente a la caída de 4,4 puntos en los hombres.

Supone una consecuencia directa de la crisis socioeconómica causada por la covid-19, que ha tenido un fuerte impacto negativo en el acceso al mercado laboral por parte de los jóvenes en la Comunidad Foral. Según el informe anual sobre la situación laboral de la población joven que elabora UGT, los jóvenes acaparan un 95% del empleo perdido y el 61,6% del aumento del paro en Navarra desde el inicio de la pandemia. Así, 14.400 menores de 30 años se encuentran en situación de desempleo, cifra que crece más de un 40% en el último año, por lo que la tasa de paro en este sector de la población se sitúa en el 26%.

Ante esta situación, las principales razones que lastran a las personas jóvenes a permanecer en el hogar familiar son de índole económico, pues quienes esgrimen la "escasez de recursos económicos" junto con la "falta de trabajo, inestabilidad económica, laboral" suman más de un 40%. "Una condición imprescindible para la autonomía residencial pasa por garantizar una independencia económica respecto a su familia", reza el informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud. Sin embargo, estar cursando estudios y considerarse muy jóvenes es otro motivo muy respaldado, un 36,7%, para explicar por qué la mayoría de las personas jóvenes no ha abandonado el hogar familiar.

Analizando los datos de la Encuesta INJUVE 2019, de entre aquellos jóvenes de 15 a 29 años que siguen viviendo con sus tutores legales o sus progenitores, un 48% se planteaba dejar de hacerlo, pero tras el estallido de la pandemia esta cifra se ha desplomado al 32,8%. El informe constata que la edad es uno de los principales elementos que generan un cambio en el deseo de emancipación residencial. Mientras solo el 35% de jóvenes entre 15 y 19 años muestran el deseo de emanciparse, este porcentaje es de casi el doble, el 65%, entre los que tienen entre 25 y 29 años. "El deseo de autonomía personal es mayor a medida que se cumplen años, lo que va en paralelo a la inserción en el mundo laboral, finalización de estudios o tener pareja con la que convivir", explica el documento.

Alquilar, la mejor opción

Adquirir una vivienda libre en propiedad en Navarra le supondría a una persona joven en solitario destinar el 45,9% de su salario mensual para pagar la hipoteca. Además, junto a los requisitos exigidos por las entidades financieras para obtener el préstamo hipotecario se añaden las consecuencias que la crisis económica por la covid-19 ha acarreado a los jóvenes, que dificultan aún más lograr esa deseada estabilidad financiera.

Por eso, el alquiler resulta la opción mayoritaria para los jóvenes que logran independizarse. El 63,7% de las personas jóvenes emancipadas en la Comunidad Foral vive en alquiler, superando la media estatal. Sin embargo, la constante subida del alquiler supone que el arrendamiento tampoco es asequible para los jóvenes en solitario, que tendrían que destinar el 66% de su salario neto mensual, por lo que compartir un piso se convierte en la opción más económica, que implica dedicar el 28,9% del sueldo.

En el último año ha habido un aumento en la oferta de habitaciones en piso compartido en Pamplona. Según el portal Idealista, que analiza la situación en las capitales de provincia, el aumento de stock de habitaciones supone un 29% respecto a hace un año. Según ese mismo estudio, el perfil de personas que comparten piso es de 34 años, y respecto al precio, alquilar una habitación en Iruña cuesta de media 324€.