Los accidentes de tráfico como consecuencia de la irrupción de animales en la calzada suponen un tercio del total de los siniestros que se registran en las vías interurbanas de Navarra (el 31,88%). Así se desprende de varios estudios anuales realizados por la Policía Foral, que indican que la temporada de caza, con noviembre y diciembre como meses álgidos de la actividad cinegética, implica un incremento de esta accidentalidad.

El jefe de Tráfico de la Policía Foral en Tudela emprendió en 2016 el análisis de la siniestralidad producida por atropellos de animales. "El fin era analizar con una mayor profundidad la causalidad de esta tipología de accidentes y de encaminar acciones y medidas proactivas para garantizar el bien jurídico de la seguridad vial", explica el inspector del Cuerpo autonómico.

Este experto subraya que "en cada accidente se produce un riesgo para la vida e integridad física de los implicados y que ese tipo de accidentalidad no genere porcentualmente muchas víctimas mortales o lesiones de gravedad, tiene relación con la propia naturaleza de los elementos que intervienen en el accidente, vehículo y animal, al asumir este último, como consecuencia de un menor peso y volumen, la mayor carga del accidente".

Ello no es óbice, advierte, para que en el caso de maniobras evasivas, o de producirse el accidente con un vehículo de menor tamaño, como podría ser el caso de una motocicleta, las consecuencias serían mucho mayores. "Ante la presencia de un animal en la calzada, hay que frenar y evitar dar un volantazo", recalca el inspector de la Policía Foral.

JABALÍ, LA ESPECIE MÁS AFECTADA

De los estudios llevados a cabo desde 2016, centrados en la Ribera, se desprende que, "de todas las especies afectadas, es estadísticamente el jabalí el que causa más accidentes (el 58% en 2019), debido sobre todo a su alta población, derivada de las modificaciones del medio natural, que se une a su comportamiento natural, necesidad de grandes áreas de campeo, que hacen que los movimientos entre las zonas de alimentación y refugio sean constantes".

De los 2.713 accidentes que se registraron en las vías interurbanas de toda Navarra en 2019, último año no afectado por la pandemia de la covid, 865 se correspondieron con atropellos de animales (31,88%). La mayoría ellos sucedieron en las carreteras convencionales (87,49%), en las que están englobadas las de carácter nacional, red de interés para la comunidad y por último, red local, vías a las que los animales domésticos o silvestres tienen más fácil acceso al carecer la mayoría de vallados.

VÍAS CON TRAZADOS ANTIGUOS

La inmensa mayoría de las vías donde se producen atropellos de animales, señala el autor de los estudios, "tienen trazados antiguos, basados en las necesidades de comunicación que existían en el pasado, cuando se crearon y fueron diseñadas y el problema de la accidentalidad por atropellos no existía, y si lo era, era en una menor medida y no era tomada en consideración. Estas vías, en su inicial desarrollo, no tuvieron estudios de impacto ambiental que contemplasen a las especies silvestres, como un aspecto a tener en cuenta por su posible incidencia en el tráfico".

Al respecto, agrega que "la invasión de estos animales salvajes de las carreteras se produce fundamentalmente por dos aspectos: por un lado, la supresión que representan de un biotopo o parte de él, que la propia vía con su trazado ocasiona y por otro, el obstáculo físico que la propia vía supone en su desplazamiento natural o forzado".

INCREMENTO A PARTIR DE SEPTIEMBRE

A partir de septiembre, momento en el que se inicia la temporada cinegética, se produce un aumento de la siniestralidad con animales implicados, concluyen los estudios de la Policía Foral. Noviembre es el mes que más accidentes con animales registra (20,53%), seguido por diciembre (12,94%), y posteriormente bajan considerablemente en los meses de febrero hasta octubre.

"Con los datos constatados, puede inducirse que la actividad cinegética en su conjunto, tanto en las modalidades de caza mayor y menor, condiciona el movimiento de las especies que son objeto de atropellos, fundamentalmente jabalíes y corzos", afirma el inspector, quien agrega que "desde finales del verano, todo el otoño y el invierno, existe un mayor riesgo de movimiento de los animales de sus territorios".

Posiblemente, al llegar la primavera, "la disminución de la población de jabalíes provocada por la propia actividad extractiva de la caza y la ausencia de la presión sobre el resto de las especies cazables, que con el cierre de la veda se produce, tenga relación con que la accidentalidad disminuye", apostilla.

INFLUENCIA DE LA CAZA MENOR

Además, debe tenerse en cuenta el aprovechamiento cinegético de otras especies que no producen accidentalidad por atropellos, como es el caso de las especies de caza menor. "Sin embargo, estas modalidades de caza también inciden indirectamente en el dispersamiento y movilización de las especies de caza mayor, lo que afecta a la producción de accidentes", asevera el jefe de Tráfico de la Policía Foral en Tudela.