Con los presupuestos ya en camino de aprobación y la vía libre para reforma fiscal, el Gobierno de Navarra tiene ahora en Madrid los principales acuerdos pendientes de negociación de aquí a final de año. El Ejecutivo foral insiste en que todo va bien, que son negociaciones complicadas y que habrá acuerdo en breve, pero no se acaban de concretar. Se trata además de cuestiones importantes tanto política como económicamente, y que tendrán afección directa en las cuentas públicas del próximo año.

Es el caso del Convenio Económico, la norma que regula la relación financiera entre Navarra y el Estado, y que fija la aportación anual por las competencias no transferidas. La fórmula de cálculo lleva ya dos años prorrogada, y el Gobierno foral confiaba en presentar el acuerdo el pasado mes de septiembre. No ha sido posible, según señalan desde el Ejecutivo, por las dificultades “técnicas” de este tipo de negociaciones, jurídicamente complejas. “Habrá acuerdo en un corto espacio de tiempo”, confió ayer su portavoz, Javier Remírez.

La cuestión no es menor. En sus respectivos presupuestos los gobierno central y navarro han fijado cantidades distintas para la aportación, con una diferencia de 33 millones. Algo habitual en ocasiones anteriores, pero que puede ser un problema añadido a la incierta situación económica actual si el saldo final no es favorable para una economía proporcionalmente pequeña, y que deberá ajustar la diferencia junto con la de los dos ejercicios anteriores.

Hay en cualquier caso optimismo en el mensaje oficial del Gobierno. “Más importante que acabar pronto es hacerlo en condiciones adecuadas para Navarra”, enfatizó ayer Remírez, que valoró positivamente que el Estado haya nombrado ya a sus representantes en la Comisión Negociadora. Paso previo e imprescindible para formalizar un acuerdo que podría darse antes de final de año y que incluirá previsiblemente una reforma de la propia Ley del Convenio Económico.

El problema, como apuntaba ayer el portavoz del Gobierno, es precisamente ese, que no se trata solo de fijar la aportación al Estado. También hay que acordar el traspaso de nuevos impuestos (fundamentalmente la Tasa Tobin para las transacciones financieras y la Tasa Google para las multinacionales tecnológicas) y hay que afinar además cómo se valoran las nuevas competencias que prevé asumir Navarra en los próximos meses, fundamentalmente el Ingreso Mínimo Vital y la gestión exclusiva de Tráfico y Seguridad Vial. Ambas están comprometidas y garantizadas por parte del Estado, al menos públicamente. Pero queda por cuantificar cómo afecta a la relación financiera. Es decir, cuánto deja de pagar Navarra por su competencia. Y ahí las diferencias siguen siendo importantes.

Así lo apuntó ayer el propio portavoz y responsable de Interior. Remírez admitió que el Fuero, los aspectos técnicos del traspaso de Tráfico relativos a la competencia y a los plazos de implementación, están definidos. Pero queda por acordar el Huevo, “la repercusión que la transferencia tiene en el Convenio Económico”. Una discrepancia que ha retrasado la firma del acuerdo prevista para el 1 de diciembre, y que dificultando también el propio cálculo de la aportación. Algo similar ocurre con el Ingreso Mínimo Vital, que si bien hay un compromiso político por transferir la competencia de forma íntegra, queda por concretar en qué términos jurídicos y sobre todo económicos se lleva a cabo.

Es posiblemente el principal reto del Gobierno de Navarra en el tramo final del ejercicio, que encara con el colchón presupuestario que le aportan los buenos datos de la recaudación. Y que afronta desde la “lealtad” y la “discreción”, confiado en que las buenas relaciones con el Gobierno central permitirán un buen acuerdo para Navarra en aspectos clave para su autogobierno. Aunque ello exija incumplir las fechas que el propio Ejecutivo foral había fijado. “Estamos culminando las negociaciones. Cuando tengamos el acuerdo ratificado y suscrito en los términos de interés para Navarra y dentro de la lealtad institucional lo explicaremos con exactitud”, argumentó Remírez.

“Más importante que hacerlo pronto es poder hacerlo en condiciones adecuadas para Navarra”

Portavoz del Gobierno de Navarra