Era una prueba de fuego para Sánchez. Y salió vivo. El presidente del Gobierno comparecía ante el Congreso para dar explicaciones sobre los casos de corrupción que amenazan a su partido y su Gobierno. Y la principal lectura política es que los socios que votaron su investidura en 2023 le conceden un voto de confianza más, quizá el último, a condición de una vigilancia estrecha y una actuación expeditiva en caso de que sea necesario. Sánchez pulsó sus apoyos recibió un respaldo con la boca pequeña y muchas críticas. Pero respaldo, al fin y al cabo. Y ese balón de oxígeno lo utilizó para pasar al ataque contra el PP y su líder, Alberto Núñez Feijóo, al que reprochó que cómo se atreve a dar lecciones sobre lucha contra la corrupción.

Sumar, el socio en la coalición de Gobierno, envió un mensaje verbal y escénico. Yolanda Díaz, en uno de sus plenos más difíciles –la mañana siguiente a la muerte de su padre– insistió a Sánchez que “gobernar no es resistir” y le recordó a quien considera un hombre “honrado” que la ciudadanía progresista vive “angustiada” estos casos de corrupción.

Desde ERC, Gabriel Rufián dio una nueva oportunidad al Ejecutivo al considerar que con lo que hay sobre la mesa no se puede tumbar a un gobierno, pero avisó de que si la corrupción “escala”, la izquierda forzará elecciones anticipadas. “Si esto se queda en tres listos, usted se tiene que quedar”, dijo Rufian en alusión a Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García, pero si no, “vamos a obligar a que la gente decida”.

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La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, dio un paso más allá al asegurar que Sánchez estaba ya en la “prórroga” de la confianza y ahora le avisó de que ese tiempo extra “no dura toda la legislatura” y descartó su apoyo a los planes para maquillar la “porquería” de la corrupción. La portavoz de Coalición Canaria, Cristina Valido, sí que pidió a Sánchez que se someta a una cuestión de confianza y Ione Belarra se limitó a cuestionar a Sánchez, al que acusó de acudir al Congreso para “tapar un escándalo mediático” con medidas “cosméticas”. Néstor Rego, del BNG, avisó de que su formación no transigirá con la corrupción y recordó a Sánchez que no son socios, sino que un día, puntualmente, le votaron.