la haya - La Corte Internacional de Justicia (CIJ) zanjó ayer a favor de Chile, por 12 votos a 3, el juicio planteado por Bolivia para obligar a la capital chilena, Santiago, a entablar negociaciones para obtener un acceso al océano Pacífico, aunque los jueces invitaron a las partes a dialogar. Esta sentencia es inapelable y supone el último episodio del camino judicial empezado por Bolivia en 2013.

La CIJ reconoció así que las diferentes actas entre ambos países en el siglo XX y principios del XXI implicaban que ha existido una intención de negociar por parte de Chile, lo que no implica que el país haya adquirido una obligación jurídica de negociar.

Los magistrados también rechazaron el argumento de la capital boliviana, La Paz, de que los diferentes contactos entre las partes le habrían generado “expectaciones legítimas” a Bolivia.

No obstante, los magistrados agregaron que la decisión “no debe impedir que las partes continúen su diálogo e intercambios en un espíritu de buena vecindad”, dijo el juez presidente de la CIJ, Abdulqawi Ahmed Yusuf. Dicho diálogo abordaría “los asuntos relacionados con el enclaustramiento de Bolivia”, una solución para la cual “ambos han reconocido que es un asunto de interés mutuo”.

diálogo que interesa Por su parte, el mandatario de Bolivia, Evo Morales, reconoció que La Haya no ordenó a Chile sentarse a negociar, pero sí se felicitó de que los jueces hicieran “una invocación a seguir con el diálogo”, algo que interesa “no solamente a estos dos países”, sino a “la región”.

“Bolivia perdió el acceso soberano al Pacífico mediante una invasión”, dijo, en alusión a la Guerra del Pacífico a finales del siglo XIX, que supuso la pérdida del litoral que disfrutaba cuando se formó como Estado.

A su vez, el agente de Chile ante la CIJ, Claudio Grossman, mostró un tono más optimista, ya que el fallo es “un gran triunfo para el derecho internacional”. “La CIJ ha señalado con gran claridad que hay que hacer una gran distinción entre la política y el derecho. Eso es esencial para la manutención de las relaciones entre los Estados”, dijo, que reafirmó que “el rol que la corte juega como el tribunal máximo cuya función es precisamente decidir la disputas” entre los países. - Efe