Bruselas - Un parón en el Brexit es más probable que abandonar la Unión Europea sin acuerdo. Con esta contundente declaración Theresa May, primera ministra británica, intenta convencer a los diputados de que solo su acuerdo permite abandonar la Unión Europea. Al mismo tiempo, los presidentes de la Comisión y del Consejo Europeo se reafirmaban en su compromiso para evitar la aplicación del backstop, aunque sin grandes concesiones a la premier británica. La votación del acuerdo se celebrará durante la noche de hoy martes.

Theresa May se lanzaba al ataque de manera casi desesperada a poco más de 24 horas de la votación definitiva de su acuerdo en el Parlamento británico. La primera ministra británica cambió ayer su discurso habitual y aseguró, dirigiéndose a los euroescépticos de su grupo, que si los parlamentarios rechazan su texto sellado con Bruselas, es más probable que el Brexit quede atascado que una salida sin acuerdo de la UE. “He observado cómo han ocurrido las cosas en Westminster en los últimos días, y creo que es más probable una parálisis parlamentaria que ponga en riesgo que no haya Brexit”, afirmó en su visita a una fábrica en Stoke, una localidad donde el Brexit fue apoyado de manera mayoritaria.

Ante la previsible derrota que sufrirá hoy martes, anunciada incluso por miembros de su propio gabinete, la primera ministra ha hecho un último llamamiento para convencer a diputados de otras bancadas, principalmente la laborista y la de los unionistas irlandeses, que apoyan su Gobierno. La líder tory tuvo una nueva oportunidad ante la Cámara de los Comunes ayer, veinticuatro horas antes de la votación final.

La líder tory quiso aclarar las consecuencias para la “democracia” que supondrían su derrota parlamentaria. May recordó otras ocasiones en las que el Parlamento respetó y apoyó la decisión de los británicos en referéndum y cree que esta no debe ser la excepción. Además, May afirmó que no está entre sus planes una ampliación del artículo 50, es decir, que la salida del Reino Unido se aplace más allá del 29 de marzo de 2019. Esa posibilidad se había deslizado desde la capital comunitaria en las últimas horas.

Su alocución llegaba minutos después de la publicación de un intercambio de cartas de May con Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión. En la carta de Bruselas, que para la primera ministra incluye “nuevas clarificaciones y garantías”, los dos mandatarios han insistido que el backstop (salvaguarda) en la frontera entre las dos Irlandas es una solución no deseable y provisional. Y aunque los textos enviados desde el continente no incluyen grandes avances con respecto a lo ya dicho con anterioridad, May sí que ha conseguido de la confirmación de un inicio rápido de las conversaciones sobre la futura relación, e incluso el uso de tecnología que pueda reemplazar el backstop. De esa manera, se podría tener cuanto antes terminado el acuerdo comercial que regule las relaciones entre Bruselas y Londres y esa salvaguardia para la frontera de Irlanda del Norte podría quedar fuera de juego.

También se ha remarcado en la misiva que la declaración política de los Veintisiete tras la cumbre de diciembre tiene validez jurídica y que este papel y el acuerdo de salida conforman un paquete único, algo que ya había afirmado antes la conservadora. Además, Tusk y Juncker hablan de la posibilidad de una aplicación provisional del acuerdo de futuras relaciones antes de que se apruebe en los Parlamentos nacionales de los Estados miembros. Con todo, May no ha conseguido que se ponga una fecha límite para una eventual utilización del backstop.

“He buscado en las conversaciones (con Bruselas) una propuesta para fijar una fecha que garantice el momento en el que la relación futura comenzaría a funcionar. Esa sería la forma para terminar con el backstop. La UE ha afirmado que un límite legal de tiempo no era posible”, remarcó en su conferencia de prensa de la primera ministra.

Esta carrera de última hora se produce al tiempo que miembros de su propio gabinete afirman que la votación está perdida o dimiten. Gareth Johnson, látigo del Gobierno de May, es la decimotercera baja que sufre la primera ministra. Simultáneamente, otras voces como la Dominic Raab, exsecretario del Brexit, emergen y se colocan en la parrilla de salida por lo que pudiese pasar.

Aunque algunas proyecciones hablan de una derrota del acuerdo de salida por un centenar de votos, la supervivencia que ha demostrado la líder británica hace aún pensar que todo es posible en el caos del Brexit. Si la primera ministra británica pierde, tendrá tres días para presentar un plan B. Mientras en Bruselas se contiene el aliento y se aguarda a acontecimientos que puedan poner luz a un Brexit que sigue rodeado de oscuridad.

El incierto futuro de May Si el tratado no sale adelante y el Parlamento no consensúa una solución, el Reino Unido se sumirá en “una crisis constitucional sin precedentes”, que puede costarle el cargo a la primera ministra y un “triste legado en las páginas de la historia moderna” del país, dijo a Efe Matthew Goodwin, profesor de Política en la universidad de Kent. En opinión de David Moon, politólogo de la universidad de Bath, “si pierde la votación, May se quedará sin autoridad, significará que no ha logrado que el Parlamento apruebe la legislación más importante de los últimos tiempos en el Reino Unido”. Sin embargo, ambos coinciden en que los efectos del voto sobre la jefa del Gobierno dependerán en parte de la escala de la eventual derrota. Si es por poco margen, se espera que May, que hasta ahora ha demostrado habilidad para aferrase a su puesto, comparezca ante el Parlamento en el plazo de tres días hábiles -máximo el 21 de enero- para presentar un plan alternativo.

La prensa apunta que podría viajar a Bruselas el 16 de enero para obtener nuevas concesiones, a fin de seguir al mando del proceso del Brexit. Si la derrota es catastrófica, la líder conservadora “estará bajo una gran presión para dimitir y convocar elecciones generales”, al menos por parte de la oposición, que ya ha adelantado que prepara una moción de censura, señala Goodwin.

El Partido Laborista de Jeremy Corbyn ya ha dicho que espera el momento adecuado para presentar esa moción -cuando crea que puede ganarla-, que podría provocar la caída del Ejecutivo e impulsar unos comicios. Moon observa no obstante que, si los laboristas, que carecen de suficientes escaños en la Cámara de los Comunes, no logran forzar su marcha, “puede darse la situación de que May siga en el poder pese a haberse quedado sin autoridad”.