LONDRES. La primera ministra británica, Theresa May, continuó ayer los contactos con los políticos para sacar adelante un acuerdo con la Unión Europea (UE) cuando faltan apenas seis semanas para el brexit o salida del Reino Unido del bloque europeo. Se espera que May viaje en los próximos días a Bruselas para reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para intentar conseguir modificaciones al pacto negociado sobre el brexit, pese a que la UE ha dejado claro que el documento no podrá ser renegociado y que es el único disponible.

La jefa del Gobierno confía en poder tener un pacto para el próximo día 27, cuando espera darlo a conocer en la Cámara de los Comunes, de lo contrario tiene previsto presentar, una vez más, una moción "neutra" que podrá ser enmendada a fin de conocer los pasos que los diputados quieren seguir sobre el proceso del brexit.

May está muy presionada por el ala euroescéptica de su partido, el Conservador, que rechaza la salvaguarda irlandesa del acuerdo diseñada para evitar una frontera dura entre las dos Irlandas y, al mismo tiempo, ese grupo rebelde está dispuesto a salir del bloque europeo sin documento alguno si no se resuelve esa garantía irlandesa.

El jueves, May sufrió en el Parlamento un revés al perder por 303 votos frente a 258 una moción que pedía al Gobierno seguir negociando con Bruselas cambios en el tratado de salida de la UE.

La moción no es vinculante sino simbólica, pero pone de manifiesto los problemas que tiene la primera ministra para controlar a ese sector euroescéptico y conseguir una mayoría parlamentaria que sacar adelante su plan negociado con Bruselas durante casi dos años.

EL 27, LA NUEVA FECHA CLAVE "Queremos tener otro voto importante antes del 27 de febrero", dijo a los medios una fuente cercana a la primera ministra, en referencia a que los diputados puedan votar sobre un acuerdo con Bruselas. La fuente descartó que el Gobierno esté haciendo correr el reloj de manera deliberada para forzar a los diputados a que acepten a último momento, días antes del 29 de marzo, el acuerdo de May. "La idea de que nosotros estemos deliberadamente haciendo correr el reloj no es verdad. Queremos resolver esto", insistió.

La salvaguarda que la jefa de Gobierno quiere modificar establece que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera y que Irlanda del Norte también esté alineada con ciertas normas del mercado único hasta que se establezca una nueva relación comercial entre ambas partes. May pide garantías de que el Reino Unido no permanecerá atado a las normas del mercado único si Londres y Bruselas no llegan a un acuerdo sobre su futura relación después del brexit y durante el periodo de transición, que terminará a finales de 2020. El diputado conservador proeuropeo Dominic Grieve, exfiscal del Estado y partidario de la permanencia en la UE, ya ha advertido de que varios miembros del Gobierno pueden dimitir si May no retrasa el brexit si no hay acuerdo. Efe

En apoyo de May: El ministro de justicia, de campaña

Acuerdo. El ministro británico de Justicia, David Gauke, advirtió ayer de que un brexit sin un acuerdo puede tener "un efecto muy desfavorable" para la economía del Reino Unido y la seguridad de Irlanda del Norte. En unas declaraciones a la BBC, Gauke manifestó su esperanza de que el Gobierno de Theresa May pueda dejar claro en los próximos 10 días de que el país podrá salir con un pacto del bloque europeo el próximo 29 de marzo, la fecha fijada para el brexit. "Pero si no, entonces, en mi opinión, tendremos que actuar con responsabilidad y asegurar que la economía de este país es protegida, nuestra seguridad es protegida y la integridad territorial".