Jerusalén - A menos de seis horas del final del plazo para la formación de un Gobierno en Israel, su presidente, Reuvén Rivlin, prometía a los ciudadanos que haría todo lo posible para evitar nuevos comicios. “Haré todo lo que pueda para evitar que el Estado de Israel se embarque en una nueva campaña electoral”, dijo en un mensaje dirigido a la ciudadanía, en el que explicó las distintas alternativas que tendría en caso de que el conservador Benjamín Netanyahu no lograra formar una coalición antes de la medianoche.

Una opción sería consultar con los partidos, y en un plazo de tres días, asignar la formación de un Gobierno a otro miembro de la Knéset (parlamento israelí), con excepción de Netanyahu. Otra posibilidad, detalló, sería informar al portavoz de la Knéset que no hay posibilidad de constituir una coalición y que no hay alternativa más que llamar a las elecciones.

Sin embargo, aclaró, en el caso de optar por la segunda opción, los miembros del parlamento pueden reunir 61 firmas y solicitar que a cualquier miembro, incluyendo al propio Netanyahu, se le otorgue un poco más de tiempo e intente formar Gobierno.

“Más allá de mi autoridad como presidente, la Knéset puede promulgar una ley para su disolución”, explicó en relación al debate que se viene dando desde el lunes en el parlamento sobre su posible disolución. Y agregó que en ese caso los procedimientos para constituir un Gobierno se detendrían y “desafortunadamente tendríamos una nueva campaña electoral”.

Las dificultades de Netanyahu Tras las elecciones del pasado 9 de abril, Rivlin pidió a Netanyahu la formación de una coalición, algo que no habría logrado a causa de una disputa entre dos socios necesarios para su Gobierno derechista: el partido Israel Nuestro Hogar, del exministro de Defensa Avigdor Lieberman, y los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá.

La disputa gira en torno al texto de la ley de reclutamiento al servicio militar obligatorio para los judíos ortodoxos, que es simultáneamente un impedimento para que los partidos ultraortodoxos formen parte del Gobierno y un requisito de Lieberman para sumarse al Ejecutivo.

El problema vuelve a ser el mismo que ocasionó la convocatoria de elecciones anticipadas: los desacuerdos en torno a la ley que busca la incorporación al servicio militar obligatorio de tres años para los hombres y dos para las mujeres de la población ultraortodoxa, hasta ahora mayoritariamente exenta de esta obligación nacional.

nuevas elecciones La estrategia de Netanyahu podría encaminarse a forzar nuevas elecciones para que la oposición no tenga opción a intentar formar un Ejecutivo.

Si se disuelve el Parlamento, se convocarán nuevos comicios generales para el 17 de septiembre, lo que supondría la primera vez que debería repetirse el voto en la historia del joven país.

En preparación para una posible celebración de comicios, el Likud de Netanyahu cerró el martes un acuerdo electoral con el partido Kulanu, de su antiguo ministro Moshé Kahlon, por el que ambas formaciones se presentarían juntas a la siguiente cita con las urnas, si antes en el Parlamento israelí se decide que esta tenga lugar después del verano. - Efe