PARÍS. Miles de "chalecos amarillos" salieron a la calle este sábado en varias ciudades francesas, en la mayor parte de los casos en manifestaciones no comunicadas que derivaron en incidentes, sobre todo en Montpellier (sur de Francia) y París.

En la capital, la Policía llevó a cabo 89 detenciones, según cifras provisionales, dijo a Efe una portavoz de la Prefectura.

Además, 55 personas fueron multadas por intentar manifestarse en los Campos Elíseos, donde, al igual que en los alrededores de la catedral de Notre Dame, estaba prohibido, entre ellas Éric Drouet, uno de los líderes del movimiento de protesta.

En Montpellier, los mayores altercados se produjeron en la estación y en la plaza de la Comedia, donde las fuerzas del orden realizaron algunas cargas y utilizaron gases lacrimógenos para intentar desalojar a los concentrados, muchos con el rostro oculto.

Un coche de la policía fue pasto de las llamas en esa ciudad meridional, donde la prefectura calculó que participaron en las protestas unas 2.000 personas, de ellas unas 500 de los grupos radicales conocidos como "black blocs", y donde se practicaron al menos siete arrestos.

En Ruán (noroeste de Francia), donde la convocatoria reunió a varios cientos de personas, también se produjeron detenciones y se impusieron multas, a raíz de los enfrentamientos entre manifestantes, que lanzaron proyectiles, y fuerzas del orden, que replicaron con cargas y gases lacrimógenos.

El prefecto había prohibido cualquier concentración en el centro de esa ciudad normanda para proteger los comercios.

En Lille (norte), algunos escaparates acabaron destruidos y varias papeleras ardieron al paso de una marcha de cerca de 700 personas, según la prefectura, y 1.500, de acuerdo con los organizadores.

Las acciones de los "chalecos amarillos" fueron menos virulentas en ciudades como Nantes (noroeste) y Toulouse (suroeste), donde están fuertemente enraizados.

El presidente francés, Emmanuel Macron, sigue centralizando las críticas de este movimiento de protesta que, después de haber perdido mucho fuelle en los últimos meses, ha prometido volver a la carga después de las vacaciones de verano con un "septiembre negro".