jerusalén - Cerca de 6,4 millones de israelíes están llamados a votar hoy, en la segunda cita electoral que vive el país en cinco meses, con incógnita sobre los ganadores y la esperanza de elegir una Knéset (Parlamento) que, al contrario que la anterior, sea capaz de dar a luz un gobierno.

Como marca la ley, la jornada electoral será festiva en Israel y parte del transporte público será gratuito para que la población mayor de edad pueda acceder fácilmente a las más de 10.000 urnas repartidas por el país y en asentamientos judíos en Jerusalén Este y en la Cisjordania ocupada.

Las encuestas muestran la probable dificultad de los dos principales bloques políticos -derecha, ultraderecha y religiosos por un lado, encabezados por el Likud del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y centro e izquierda por otro, liderado por Azul y Blanco, de Beni Gantz- para formar gobierno con amplio apoyo, lo que abre la puerta a la posibilidad de un Ejecutivo de unidad.

Los israelíes podrán elegir hoy entre 31 listas electorales a sus representantes en una Cámara de 120 asientos. El umbral exigido del 3.25% de votos emitidos para lograr escaño hará, sin embargo, que solo nueve o diez listas lo logren.

La mayoría de sondeos pronostican a cada uno de ellos alrededor de 32 escaños, de un total de 120 que conforman la Knéset (Parlamento).

Los partidos con los que el actual primer ministro pretende formar una coalición son el ultraderechista Yamina, que obtendría alrededor de 9 diputados, y los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá, que conseguirían 7 cada uno.

De esta manera, Netanyahu alcanzaría alrededor de 55 escaños, seis menos de los 61 necesarios para tener mayoría simple en la Cámara, algo que tampoco lograría en el caso de que el extremista Poder Judío (Otzma Yehudit) consiguiera entrar en el Parlamento y Bibi opte por incorporarlo a su eventual coalición.

Israel Nuestro Hogar, liderado por Avigdor Lieberman, abanderado de la laicidad del Estado y tradicional socio del bloque de derechas, aseguró que no lo apoyará mientras este siga aceptando el “chantaje” de los ultraortodoxos, lo que debilita a este sector.

El bloque de partidos de centro y de izquierda que busca encabezar Gantz estaría compuesto, en principio por Azul y Blanco, la Unión Democrática y la alianza Laborismo-Guesher, ambos alcanzando alrededor de 5 asientos según las últimas encuestas, lo que les dejaría en 42.

Asumiendo que la Lista Unida, compuesta por los partidos árabes y que obtendría 11 escaños, mantenga su posición de no sumarse a ningún gobierno, Gantz estaría lejos de poder formar la coalición que pretendía.

Con este escenario, Lieberman, con los alrededor de 10 asientos que le dan las encuestas, volvería a tener la llave del Ejecutivo. Pero este mezcla dos elementos que resultan difíciles de conciliar para ambos bloques: una política ultraderechista con una defensa férrea de la separación de la religión del Estado.

Tanto Gantz como el líder de Israel Nuestro Hogar han sugerido la formación de una coalición laica compuesta por sus partidos y el Likud, para dejar a los partidos extremistas fuera del gobierno. - Efe