Teherán - Irán aseguró ayer que el ataque con decenas de misiles a una base con tropas estadounidenses en Irak es solo el inicio de su venganza por el asesinato del general Qasem Soleimaní, y advirtió a Estados Unidos que no tome represalias.

Justo al terminar los tres días de funerales de Soleimaní, la Guardia Revolucionaria lanzó este bombardeo, subrayando que es "un primer paso de su dura venganza" y que cualquier acción de EEUU "enfrentará una respuesta más dolorosa y aplastante".

El blanco de los misiles balísticos iraníes fue la base aérea Ain al Asad, en el oeste de Irak, donde estaban posicionadas fuerzas estadounidenses y, aunque los proyectiles no fueron interceptados, se desconocen por el momento los daños causados.

En su comunicado, el cuerpo militar de élite iraní aconsejó a EEUU que retire a sus soldados de la región "para evitar más daños y para no poner en peligro la vida de los militares".

Las amenazas no estuvieron solo dirigidas contra el llamado por Irán "Gran Satán". Dirigiéndose a los países árabes aliados de EEUU que albergan bases militares estadounidenses, la Guardia Revolucionaria señaló que serán también su objetivo si sus territorios son usados para lanzar "actos hostiles" contra Irán.

Con el objetivo de remarcar que este ataque no es la venganza definitiva de Irán, el líder supremo, Alí Jameneí, indicó que los misiles lanzados contra la base de Ain al Asad son "una bofetada".

"Esas medidas militares no son suficientes para nuestra venganza. Lo que es importante es eliminar y acabar con la presencia corrupta de EEUU en esta región", aseveró el líder en un discurso en la ciudad de Qom, sede de los mayores seminarios chiíes. - Efe