Alsacia vuelve a resurgir institucionalmente, esta vez como "colectividad europea", después de haber desaparecido como una de las regiones de Francia en 2016, al ser integrada en un conjunto más grande llamado Gran Este.

La creación de la Colectividad Europea de Alsacia (CEA) quedó formalizada este sábado en Colmar con el acto de fusión de las administraciones de sus dos departamentos (Alto Rin y Bajo Rin) y la elección de su nuevo presidente, Frédéric Bierry, del partido conservador Los Republicanos.

"La nueva CEA nace del rechazo de una ley estúpida (...) que hizo desaparecer nuestra región histórica, Alsacia" contra la opinión de los habitantes, subrayó en su primer discurso como presidente Bierry.

El nuevo organismo reúne a 6.000 empleados públicos de los dos departamentos, que tendrán 80 representantes elegidos por los ciudadanos y un presupuesto de algo menos de 2.000 millones de euros.

Dispondrá de las habituales competencias de los departamentos franceses, como la gestión de los bomberos, de las escuelas o de la ayuda social, pero también otras específicas en el terreno de la cooperación transfronteriza con Alemania y Suiza.

Aunque la inmensa mayoría de sus responsables políticos querrían volver a ser una región propia, Alsacia y sus alrededor de 1,9 millones de habitantes, seguirán formando parte del Gran Este, como también las antiguas regiones de Champagne Ardenne y Lorena.

Alsacia, con Estrasburgo como principal ciudad y actual sede del Parlamento Europeo, tiene una historia particular que fue símbolo de algunos de los grandes conflictos del Viejo Continente y ha estado varias veces bajo administración de Alemania y de Francia.

La CEA buscará, entre otras cosas, favorecer esa identidad, lo que incluye promocionar el uso del alsaciano, un dialecto del alemán.