- La Organización de Estados Americanos (OEA) condenó ayer la persecución y detención arbitraria por razones políticas en Nicaragua, tras la muerte del exguerrillero histórico sandinista Hugo Torres, de 73 años, cuando se encontraba bajo detención. En un comunicado, la Secretaría General de la OEA calificó a Torres de preso político y tildó de “abominable” el hecho de mantener presos políticos, con enfermedades terminales sin asistencia médica necesaria, “violándoseles sus derechos fundamentales”.

La Secretaría General de la OEA también exigió “la liberación inmediata” de todos los presos políticos, paso fundamental hacia la redemocratización del país. “Nicaragua necesita otro camino distinto al de la represión, la persecución y la violación sistemática de los derechos de los nicaragüenses”, indicó.

Torres, considerado un “preso político” del Gobierno de Ortega, era conocido en Nicaragua por su participación en un operativo en 1974 que sacó al actual presidente nicaragüense de una prisión, cuando el país era gobernado por la dictadura de la familia Somoza. A mediados de la década de 1990 se convirtió en disidente.

Según el Ministerio Público de Nicaragua la causa de la muerte de Torres fue una “enfermedad”, sin detallar cuál. “El Ministerio Público de Nicaragua informa a la población nicaragüense el fallecimiento de Jorge Hugo Torres Jiménez, por causa de enfermedad”, indicó la entidad estatal en un comunicado, horas después de que la noticia fuera difundida por sus familiares.

El Ministerio Público había acusado a Torres, detenido el 13 de junio de 2021, de delitos considerados “traición a la patria”. No ofreció detalles sobre su enfermedad, ni cuánto tiempo estuvo en el hospital. La entidad estatal indicó que “al tener conocimiento de la gravedad de la enfermedad, por razones humanitarias, pidió a la autoridad judicial la suspensión definitiva del inicio del juicio oral y público, lo que fue autorizado por el judicial”.

Torres, considerado un “preso político” del Gobierno de Ortega, había sido detenido en una ola de arrestos contra opositores que llevó a prisión a unos 40 líderes disidentes y críticos de Ortega, incluyendo a 7 aspirantes a la Presidencia por la oposición.

Torres murió ocho meses después de su arresto sin haber sido juzgado. En ese tiempo las autoridades nicaragüenses no informaron de la situación legal ni sanitaria del exguerrillero. La opositora Unión Democrática Renovadora (Unamos), antiguo Movimiento Renovador Sandinista (MRS), de la cual Torres era vicepresidente, había informado que llevaban varias semanas sin saber de su paradero.

Decenas de personas consideradas “presos políticos” en Nicaragua llevan entre tres y ocho meses de prisión sin enfrentar juicio.