Pamplona. Para duplicar la dieta, tal y como desveló ayer DIARIO DE NOTICIAS- los miembros de la Comisión Permanente, de la que también participaba Álvaro Miranda y a la que se incorporó en el verano de 2011 Enrique Maya- se reunían dos veces seguidas el mismo día. Y en las dos últimas ocasiones, optaron además por celebrar reuniones de apenas media hora, con lo que el saldo de la mañana no podía ser más provechoso. En poco más de una hora de encuentro, Miguel Sanz se embolsaba 5.360 euros brutos y los otros tres asistentes, 3.434. O lo que es lo mismo y tomando como referencia las dos reuniones de apenas media hora, 89,3 y 57,2 euros por minuto.

De la lectura de las actas se deduce asimismo que, en todas ellas, la actividad de Sanz, Barcina, Miranda -entonces vicepresidente y consejero de Economía- y Maya se limitaban a escuchar la exposición de Alberto Pascual, secretario general de Caja Navarra y encargado tanto de transmitir la información como de la redacción de las actas. En alguna de estas sesiones -denominadas como de reporte- se trasladaba información financiera de Caja Navarra y de Banca Cívica; en otras se daba cuenta de modificaciones estatutarias producto de la fusión, de pequeñas inversiones realizadas por la Caja como parte de su obra social o de préstamos y avales concedidos a consejeros o miembros del equipo directivo. Y en otras, incluso, simplemente se informaba a los consejeros de que se había reunido la comisión ejecutiva de la entidad y ésta no había adoptado ningún acuerdo. Los miembros de la comisión, tal y como se recoge en el acta, se daban "por enterados" de lo que allí se había expuesto. Por un encuentro por tanto de apenas unos minutos, Miguel Sanz ganaba 2.680 euros brutos (1.876 netos) y Yolanda Barcina, 1.715 brutos (1.201,9 netos).

los asuntos controvertidos Esta falta de debate en las reuniones encaja con el carácter informativo que tenían estas reuniones y también con el carácter no ejecutivo de la Junta de Entidades Fundadoras, de la que se desprende la comisión de la que participaban Sanz y Barcina. Y se trasladaba una por una a todas las reuniones, incluidas aquellas que abordaron asuntos más controvertidos.

De este modo no se observan intervenciones cuando se trataron la aprobación de los detalles del contrato de Enrique Goñi, así como su derecho a reincorporarse a Caja Navarra en caso de abandonar Banca Cívica (30 de junio de 2011). Tampoco cuando Caja Navarra asume los préstamos a José María Arribas, presidente de Caja Burgos, por valor de 1,8 millones de euros, asunto citado el 10 de enero de 2011. Y no se detalla tampoco ninguna aportación de Sanz, Barcina o Miranda cuando el 1 de marzo de 2011 se da cuenta de las gestiones realizadas para ejecutar la salida a Bolsa de Banca Cívica. Durante los encuentros, el secretario de Caja Navarra también les informaba acerca de la evolución del negocio de Caja Navarra, sustancialmente mejor que el de Banca Cívica. Tampoco estos datos lograron, según los que se desprende de las actas, que alguien cuestionase los derroteros emprendidos por la caja.

Esta comisión comenzó a reunirse el 30 de agosto de 2010, apenas dos meses después de que Miguel Sanz, Yolanda Barcina, Álvaro Miranda y otros cargos políticos abandonasen el consejo de administración de Caja Navarra. Lo hizo en ocho ocasiones, siempre en sesión doble y consecutiva, de tal modo que la cuantía se duplicaba. Fue creada sin que los miembros de la Junta de Entidades Fundadoras, donde había representantes de otros partidos, tuvieran constancia de ellas y no desapareció hasta que fue denunciada por este periódico.