madrid - El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afirmó ayer no tener “ningún problema” con la cruz del Valle de los Caídos, por lo que no contempla ni va a proponer su demolición.

Así lo aseguró en conversación informal con los periodistas que le acompañaron en su gira iberoamericana, de la que regresó a primera hora de ayer. Sánchez considera “injusto” que se le acuse de haber dado un bandazo por renunciar a convertir el Valle de los Caídos en un Museo de la Memoria, como venían proponiendo los socialistas.

Desde su punto de vista, lo que ha hecho es “madurar” su reflexión acerca de qué hacer con el Valle de los Caídos, y su conclusión es que los restos de Franco deben ser exhumados y trasladados a otro lugar, dado que no es víctima de la Guerra Civil ni de la dictadura.

Sánchez también defiende que los restos del fundador de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, sean exhumados, pero no para sacarlos del Valle de los Caídos -el sí que fue fusilado en el inicio de la Guerra Civil-, sino para enterrarlos en un lugar no preeminente del lugar. A día de hoy yace al lado de Franco, ante el altar de la Basílica.

El presidente del Gobierno defiende que su Gobierno va a exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos para que ese lugar deje de ser un lugar de exaltación del franquismo y reafirma su compromiso con la creación de una Comisión de la Verdad, compuesta por expertos e historiadores, para acordar entre todos una versión de país de lo que aconteció durante la Guerra Civil y el Franquismo.

Sánchez también apuesta por crear un museo de la Memoria Histórica, pero en un lugar distinto al Valle de los Caídos, dado que, por su contenido simbólico, el monumento de El Escorial debe quedar como cementerio civil, aunque manteniendo la Basílica que regentan unos monjes benedictinos. - D.N.