pamplona - El pleno del Congreso exigió ayer la dimisión de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y, si no lo hace, ha instado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez a destituirla, una petición que han respaldado PP y Ciudadanos y que ha salido adelante gracias a la abstención de Podemos. Sólo el PNV se ha sumó al PSOE para apoyar desde la tribuna a la ministra ante la moción presentada por los populares, que fue aprobada con 166 votos a favor, 91 en contra y 83 abstenciones.

Tras ser reprobada en el Senado por no haber defendido con diligencia y desde el primer momento en Bélgica al juez instructor del “procés”, Pablo Llarena, ante la demanda de dirigentes independentistas, la mayoría de los grupos del Congreso denunciaron ayer la relación de Delgado con el excomisario José Manuel Villarejo, exponente de las denominadas “cloacas del Estado”.

Delgado tiene previsto comparecer hoy en la Comisión de Justicia para explicar esa relación, que limita a haber coincidido en “tres eventos”, después de la polémica suscitada por la difusión de audios grabados en una comida que compartió con Villarejo en 2009.

La portavoz del PP, María Jesús Moro, exigió el cese de Delgado por su “ausencia completa de ejemplaridad”, por su actitud ante el caso Llarena, sus relaciones con el excomisario y por usar el Ministerio como “sucursal” del despacho de su amigo Baltasar Garzón, presente en aquella comida. Garzón, para los populares, se ha convertido en “la mano en la sombra” del Ministerio, como lo demuestra, a su juicio, los planes de Justicia para crear una comisión de la verdad para los crímenes del franquismo o “redirigir” la justicia universal. Moro reconoció que las grabaciones de Villarejo han podido ser obtenidas de manera reprochable, pero, subrayó, existen y revelan cómo la ministra recurre a insultos e insidias “ajenas a la ejemplaridad propia de un servidor público”.

Con sus argumentos coincidió Ciudadanos, que denunció la vulnerabilidad de la ministra por “la mochila de amistades peligrosas” que porta. “No necesitamos una ministra que no ceda al chantaje, necesitamos una ministra que no pueda ser chantajeada”, defendió su portavoz, José Ignacio Prendes.

Frente a ellos, el portavoz socialista, Juan Carlos Campo, criticó que se pidiera el cese de Delgado sin darle oportunidad a explicarse hoy, actitud que ha comparado con la Inquisición, y criticó que se use a una persona en prisión preventiva por delitos muy graves -como pertenencia a organización criminal, cohecho, revelación de secretos y extorsión- para acabar con el adversario político. “Ese no es el camino que queremos para nuestra sociedad”, garantizó. Sin embargo, su principal socio, Unidos Podemos, prefirió abstenerse en lugar de votar con los socialistas. Su objetivo, subrayó Gloria Elizo, es investigar todas las filtraciones y dejar de mirar para otro lado ante las “mentiras de las cloacas” y la existencia de “una policía política que elaboraba dosieres falsos contra adversarios políticos”, entre ellos Pablo Iglesias.

ERC también se ha abstenido, después de que su portavoz, Joan Tardà, advirtiera del “estercolero” en el que cree que se ha convertido el sistema político y judicial español. Sólo Mikel Legarda, del PNV, defendió a la ministra y rechazó participar en el “proceso de acoso y derribo a ministros” que se ha extendido. - D.N.