Roma - Mientras los gobernantes europeos se parapetan en sus posiciones y se tiran entre ellos la pelota de los inmigrantes, el papa Francisco y algunas ONG llamaron ayer a poner fin a la odisea de medio centenar de personas rescatadas por dos barcos y que vagan por el Mediterráneo en espera de ser aceptados por algún país. “Desde hace muchos días, 49 personas salvadas en el mar Mediterráneo están a bordo de dos naves de ONG, en busca de un puerto seguro donde desembarcar. Hago un cordial llamamiento a los líderes europeos para que demuestren solidaridad concreta hacia estas personas”, dijo ayer el papa Francisco durante la oración del Ángelus.

La petición papal se refiere a la situación del barco Sea Watch 3, de la ONG homónima, que rescató a 32 inmigrantes hace ya 15 días y entre los que se encuentran tres menores no acompañados. Otros 17 están a bordo de la nave Profesor Albrecht Penck, de Sea-Eye, desde el 29 de diciembre. “Pongamos fin a esta insoportable violación del derecho internacional y de los derechos fundamentales, ¡háganles desembarcar rápidamente!”, fue el dramático llamamiento de Sea Watch Italy en su cuenta de Twitter. La ONG lamentó “el juego de la UE. Se nos dice quedaos en Malta, id a Italia, entrad en el puerto... y no es fácil. Nuestra elección, sea justa o equivocada, bajo una fuerte presión mediática y política, la hacemos para tratar de cuidar a las personas que están a bordo y de poder salvar a otras”.

Pasan los días y las posiciones de Italia y Malta, los dos países más cercanos a los buques de rescate, se endurecen. Mientras, voces, como el líder izquierdista de Libres e Iguales, Nicola Fratoianni, elogiaban la petición papal. “Desde un no creyente, no puedo sino dar las gracias al Papa por levantar su voz fuerte y autorizada para que termine el martirio de esos 49 inmigrantes”, dijo. Y el alcalde de Nápoles, Luigi di Magistris, que ha ofrecido de forma reiterada su ciudad para que desembarquen los inmigrantes, desafiando la línea dura de Salvini, continúa esperando. - Efe