pamplona - Sin nada entre las ma-nos, ni papeles, ni bolígrafos, ni informes. Con una mano delante y otra detrás. Así compareció ayer el promotor y director gerente de la empresa Davalor Salud, Juan José Marcos, ante la comisión del Parlamento foral que investiga sobre inversiones fallidas de Sodena. Durante más de seis horas, Marcos detalló la relación de su empresa -ahora en quiebra- con Sodena y cómo esta entidad pública concedió préstamos por valor de 2,6 millones de euros a su proyecto.

Sobre este asunto, Marcos explicó que “nunca antes” había coincidido con el vicepresidente Manu Ayerdi, “ni conocía su nombre ni sabía de él si no hubiese sido consejero”. El empresario explicó que Davalor Salud se constituyó en el año 2011 y entonces contactó con Sodena sin mucho éxito. Ya en aquel año, como reconoció el propio Marcos el objetivo de una empresa start-up como la suya era “sobrevivir” ya que aún no vendían ningún producto y debían seguir invirtiendo en innovación, personal, asesores y buscar capital. Ante esta situación, en enero de 2013, Marcos contrató a Javier Baztarrica de Iniciativas Innovadoras para que facilitase los contactos con la entonces vicepresidenta Lourdes Goicoechea, del anterior Gobierno. “Tuvimos una reunión con ella y mostró su interés, dijo que haría lo posible por ayudar al proyecto”, detalló Marcos. La consejera de UPN les remitió nuevamente a Sodena. En 2014 se reunió de nuevo con Goicoechea para informarle “de lo avanzado” y en 2015 pidió a Sodena su apoyo inversor, opción que esta no vio pero que estudiaría si Davalor conseguía 11 millones de euros. “Sodena no podía ser un inversor fuerte, un lead investor”, explicó Marcos.

Así, en 2015 se produce el cambio de Gobierno, con el que, de nuevo a través de Baztarrica, al que Davalor aún debe dinero, se contacta con el vicepresidente Manu Ayerdi. “Así como hice con Lourdes Goicoechea, la idea era abrir una vía de relación parecida, de contacto, que supiese que existíamos”, narró Marcos. El consejero Ayerdi hizo un hueco en su agenda y se reunieron para un almuerzo informal. “No le pedí nada, no era el momento, le conté el proyecto y lo que podía significar para Navarra con los riesgos que tiene”, apuntó el empresario. Ayerdi, al igual que Goicoechea, “mostró interés en el proyecto”. A los pocos días, el consejero Ayerdi visitó las oficina de Davalor y las instalaciones de Jofemar, la empresa encargada de la producción, y finalmente hubo una reunión con altos cargos del departamento y de una empresa de búsqueda de capital, aunque Marcos no pudo precisar si fue antes del 17 de septiembre, cuando el nuevo consejo de administración de Sodena da “un apoyo en forma de préstamo” de un millón de euros para un “uso específico” y “sin riesgo por reclamación de deudas”. Y reiteró Marcos que esta fue la forma en la que la empresa pública les apoyó: “Sodena nunca ha hecho una inversión”, insistió.

Este es el relato de Juan José Marcos. Un relato en el que defendió su gestión, el apoyo de sus proveedores y acreedores y el capital de 37 millones de euros que fue levantando de forma colectiva, en el que -recordó- Sodena tan solo representa una pequeña parte. Lo hizo tirando de memoria, ya que como explicó ni siquiera tiene acceso a los correos electrónicos de su compañía, ya que las oficinas están cerradas y sin electricidad, después de adeudar más de 19 millones de euros. “Liquidar la empresa con supresión de la deuda siempre fue posible, yo no quise eso. No quise defraudar a los inversores y siempre defendí el pago íntegro de la deuda”. Y se presentó como un “emprendedor” que ha perdido todo su patrimonio y empeñado “10 horas diarias, 6 días todas las semanas, durante los últimos diez años en levantar un proyecto”. “Nuestro objetivo ha sido sobrevivir, no cada año, sino cada día”, afirmó.- D. Burgui