pamplona - Poco o nada ha cambiado el escenario desde que el Gobierno anunció el viernes el fin de las concesiones a los nacionalistas catalanes. La tramitación de los Presupuestos comienza hoy, y mañana se votarán las enmiendas a la totalidad, pero el presidente Sánchez está trasladando la sensación de que no guarda ningún as en la manga a modo de guiño político para propiciar que el PDeCAT y ERC salven las cuentas públicas. Su estrategia, por el momento, se centra en recalcar que ya ha cedido todo lo posible, y presiona a los nacionalistas catalanes con la posibilidad de un adelanto electoral que desemboque en un gobierno sustentado por PP, Cs y Vox y en la aplicación del artículo 155 en Catalunya para suspender su autogobierno. Ayer lanzó como globo sonda la posibilidad de unos comicios el 14 de abril y Sánchez dio por sentado en Twitter que las cuentas van a caer.

El Govern y las fuerzas soberanistas catalanas rechazaron las “presiones” e instaron al presidente a retomar el diálogo que “rompió” la semana pasada. El president Torra puso sus condiciones y pidió que sea posible negociar sobre el derecho de autodeterminación sin un veto a esta demanda como condición previa, una mayor concreción sobre la figura del relator en la mesa de partidos, y el fin de las detenciones. El primer punto ha sido vetado expresamente por el Gobierno, y todas las opciones para salvar el desencuentro parecen reducirse a una mayor concreción sobre la mesa de diálogo y el relator.

Las dos partes tienen hasta mañana para hacer encaje de bolillos y buscar una solución que satisfaga a todos pero, oficialmente, el Gobierno mantiene desde el viernes que ya ha realizado su última oferta y no irá más lejos, y coloca todo el peso sobre el PDeCAT y ERC para que se posicionen sobre los Presupuestos. El veto al referéndum se mantiene y complica en extremo el acuerdo porque el Gobierno español airea en público esta discrepancia. La vicepresidenta Calvo volvió a decir ayer en RNE que, “si ese es el punto de partida para hablar, es imposible”.

El rumor del 14 de abril, filtrado a la agencia Efe y alimentado por la Moncloa, se desinfló a lo largo del día. Aun así, tiene cierta verosimilitud porque el Gobierno lleva días preparando el terreno al adelanto, y parece asumido que no puede hacerlo en el superdomingo del 26 de mayo, una opción que rechazaban el PNV y muchos barones socialistas. Además, Sánchez puede haber perdido el temor al adelanto por el fracaso de la marcha de la derecha. No obstante, el día 14 chirría en el plano económico y organizativo, por convocar dos citas separadas por un mes.

Los nacionalistas catalanes no se mostraron afectados por la presión. Les resulta complicado retirar su veto a las cuentas, y más aún cuando precisamente hoy arranca el juicio al procés. Por ello, siguieron esperando un guiño que justifique retirar las enmiendas. Sin embargo, el riesgo de adelanto los colocaría ante el abismo de un gobierno de la derecha y la aplicación del 155, y enterraría la opción de que la Fiscalía se plantee un giro en la acusación por el procés. El diputado del PDeCAT Carles Campuzano ha apostado por recuperar el diálogo y dejar que las Cuentas se tramiten, dando voz a ese sector pragmático.

La jornada comenzó con una serie de tuits de Sánchez en un tono claramente preelectoral, y dando por hecho que las Cuentas van a caer. Cargó a partes iguales contra el independentismo y la derecha, y se presentó como una vía intermedia que apuesta por el autogobierno. “Ni unos ni otros han entendido lo que supuso la moción de censura: la puesta en pie de una España moderada, cabal y progresista que quiere conquistar su futuro y no regresar al pasado”, dijo. Añadió que “la política hace extraños compañeros de cama”, en referencia a que el independentismo votará en contra de unos Presupuestos que “son buenos para Cataluña”, y las derechas votarán “en contra de unos Presupuestos buenos para España”. “¿No será que viven mejor en la confrontación que en las soluciones?”, lanzó.

espera El Gobierno va a esperar hasta la votación de mañana para confirmar si habrá adelanto. Solo tiene el respaldo de Unidos Podemos, PNV, Compromís y Nueva Canarias en la tramitación. La portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, negó que se haya hablado del 14 de abril porque Sánchez “no da la batalla por perdida”, aunque el Gobierno confirmó que, sin Cuentas, la legislatura durará menos. Está por ver hasta qué punto. Antes de que se llegase a esta situación, PNV y PDeCAT habían mostrado su disposición a contribuir a la estabilidad aunque no hubiera Presupuestos, negociando ley a ley.

Parece complicado que pueda aguantar hasta 2020, pero sí podría resistir hasta el próximo otoño. No obstante, si existe una decisión firme de romper con los nacionalistas catalanes, Sánchez podría optar por un adelanto al 14 de abril o al superdomingo del 26 de mayo, de manera que coincidieran las generales con las municipales y forales, las europeas, y las autonómicas que se van a celebrar en buena parte del Estado. Muchos barones socialistas rechazan el superdomingo porque quieren realizar una campaña propia. De ahí que tenga cierta verosimilitud la fecha del 14 de abril, que además coincide con la simbólica efeméride de la proclamación de la Segunda República.

Para acudir a las urnas el día 14, Sánchez tendría que convocarlas el próximo martes. Supondría un quebradero de cabeza para el PDeCAT, que tendría que gestionar sus listas y resolver si continúan sus diputados más pragmáticos, como Campuzano y Bel, a menudo desautorizados por Míriam Nogueras. Mañana acaba el plazo para evitar el choque. Los catalanes presionan a Sánchez con el fracaso de la marcha de la derecha en Madrid, que le da margen para ceder.

14 abril

La Moncloa puso ayer en circulación el rumor de un adelanto inmediato si caen las Cuentas. Con esta fecha, evitaría el ‘superdomingo’ que rechazan PNV y barones socialistas.

26 mayo

Celebrar el mismo día las generales, europeas, municipales y forales, y autonómicas en varias comunidades (no en la CAV). El PNV lo rechaza y quiere una campaña en clave vasca.

Otoño

El adelanto sería menos agresivo y permitiría a Sánchez hacer gestos con las transferencias vascas. Sin embargo, daría tiempo a celebrar el juicio del ‘procés’ y subir la tensión.

2020

El Gobierno español rechaza esta opción si no logra aprobar las Cuentas, aunque PNV y PDeCAT lo han invitado a funcionar con decretos y a negociar ley a ley.