pamplona - Durante su interrogatorio a Josep Rull, la fiscal Consuelo Madrigal cometió una catarata de imprecisiones, titubeos y silencios cuando consultaba sus notas, lapsus incluidos, que le llevaron a confundir documentos, organismos, leyes con resoluciones y suspensiones con anulaciones por parte del TC, algo que descolocó al propio conseller. La ex fiscal general del Estado, primera mujer en acceder al cargo, se expresó al estilo de “eeeh...”, mmmmm...”, “usted...”, “esto ya lo hemos visto....”, “entonceeeees...”, “bueno, no, vamos a ir un poco más rápido...”.

Una alarmante falta de fluidez que le condujo a hablar de la hoja de ruta de la ANC y la Associació de Municipis per la Independència (AMI) cuando quería hacerlo de la del Govern de la Generalitat. Madrigal interpeló a Rull sobre si era verdad que la hoja de ruta acordada por CDC, ERC, Òmnium Cultural, ANC y la AMI en 2015 preveía movilizaciones multitudinarias con el objetivo de hacer efectiva la independencia, a lo que el dirigente soberanista replicó que en ese documento no se hace mención alguna a este tipo de acciones. La fiscal se dio cuenta de su fallo y trató de enmendarlo afirmando: “Pero sí que estaba en la hoja de ruta de la ANC”, tras lo que el exconseller le dijo que “habla usted de cosas diferentes” y por tanto “yo no puedo pronunciarme sobre cosas que no existen en el documento”. La cosa no quedó ahí. Madrigal erró al dar a las resoluciones del TC sobre las leyes del referéndum y transitoriedad el carácter de ley, y también citó a la “sindicatura de cuentas” en vez de a la sindicatura electoral.

Para más inri, Madrigal llegó a dar por anulada en lugar de por suspendida la ley del referéndum. Y atribuyó al Govern la competencia de carreteras, que son del Estado, al hablar de los cortes de carreteras en diversas autovías en la manifestación de estudiantes del 28 de septiembre de 2017: “¿Esto era competencia suya?”, reprochó la fiscal, a lo que Rull respondió: “Ya me gustaría, pero es competencia del Estado”. Acabó su puesta en escena con el micro desconectado. “Ay, es que se quita solo”, terminó. - I.S.M.