Pamplona - UPN y PP irán en coalición a las elecciones generales de abril, y a las autonómicas y municipales de mayo. Un “acuerdo de colaboración estable” que vincula a los dos partidos para las dos próximas citas electorales, y que dibuja un escenario de colaboración estrecha al menos para los próximos cuatro años. A falta de conocer los detalles de la nueva alianza, que según avanzó ayer Javier Esparza están todavía pendientes de negociar, regionalistas y populares vuelven a la senda de la alianza institucional rota por Miguel Sanz en 2008 tras el agostazo para facilitar los pactos con el PSN. Ayer, el expresidente evitó la foto del regreso al pasado.

El acuerdo, avalado por el 72% del consejo político regionalista, es más amplio de lo previsto inicialmente. Tanto UPN como PP han reconocido contactos las últimas semanas para buscar una alianza, pero centrada exclusivamente en las elecciones generales. De hecho, había voces en la formación regionalista que abogaban directamente por concurrir en solitario y romper amarras definitivamente con el PP ahora que se empieza a escorar sin complejo alguno hacia la derecha en ámbitos tan sensibles para UPN como el autogobierno, la igualdad o la política social.

Sin embargo, también compartirán candidatura en las elecciones autonómicas, tal y como venían haciendo entre 1991 y 2008. Queda por ver todavía cómo se concreta la nueva coalición, tanto en lo referente a espacios y protagonismos (si el PP mantiene la marca o la retira, por ejemplo), como en el reparto de candidatos que integra cada partido en las distintas listas electorales. Ayer, la presidenta regional del PP, Ana Beltrán, aseguró que su partido no va a perder su “voz” en Navarra.

Vuelta al pasado El acuerdo supone todo un balón de oxígeno para el PP, a quien todas las encuestas sitúan fuera del próximo parlamento. La alianza les garantiza presencia en el grupo parlamentario de UPN, y evita que los votos del partido pudieran quedar sin representación, tal y como le ocurrió a Ciudadanos hace cuatro años. A cambio, UPN confía en frenar la fuga de votos hacia Ciudadanos y, sobre todo, hacia Vox, ofreciendo una candidatura unitaria a modo de respuesta excepcional y extraordinaria. “Este es un mensaje de unidad, de que salimos a ganar y de que tenemos un reto enorme por delante”, justificó Javier Esparza.

El acuerdo mantiene la alianza tradicional en Madrid, donde UPN se compromete a apoyar al candidato del PP a la presidencia y luego pasa al grupo mixto. La novedad llega en Navarra, donde ambos partidos volverán a ir de la mano once años después de romper el pacto vigente desde 1991. El escenario ha cambiado mucho desde entonces. El Gobierno de coalición UPN-PSN duró apenas un año, y la dura competencia electoral en la derecha, con Vox y Ciudadanos comiendo del mismo plato electoral que UPN y PP, los regionalistas corrían el serio riesgo de dejar de ser primera fuerza electoral en Navarra.

Esparza apuesta así por fortalecer su partido o, al menos, minimizar los daños por la irrupción de nuevas fuerzas con un pacto que sitúa a UPN y PP como referencia principal para el centro derecha. Aun a cosa de dejar en una difícil tesitura al PSN, que hasta ahora había cerrado la puerta a cualquier acuerdo con el PP, dejando la opción abierta al pacto con los regionalistas y Ciudadanos. Un escenario que será más difícil de justificar en las nuevas circunstancias.

Algo que en cualquier caso queda para el día después de la doble convocatoria electoral. A la que Esparza finalmente ha decidido ir de la mano de un PP muy marcado por los casos de corrupción y en posturas cada vez más extremistas. Circunstancias que irán quedando cada vez más en evidencia conforme avance la dispuesta electoral, y que amenazan con desdibujar la imagen de UPN como partido foralista, diluido en medio de un bloque de partidos de derechas y centralistas que tienen en la unidad de España su casi único argumento electoral y en recuperar el poder, su único objetivo político. Un bloque al que Esparza suma ahora UPN uniendo su futuro y el de su partido al de Pablo Casado.