Lo normal es que la acusación popular ejerza cierto papel de equilibrio en las causas. A veces, suelen hacer un trabajo complementario o alternativa al de la Fiscalía.
En esta causa especial del Supremo, lo que está claro es que, de momento, Fiscalía y acusación popular –coordinada por el PP, y en la que está integrada UPN– comparten hoja de ruta e incluso peticiones, trabajando casi como una única pieza.
No obstante, el escrito de la acusación política insta a “identificar bienes en España, en el extranjero o a nombre de testaferros que guarden relación con dichas mordidas”, al ser Cerdán “la persona que muy probablemente tenga en su poder la información que permita depurar las concretas responsabilidades de esta causa, no solo las suyas sino las del resto de implicados”. En ese esquema, continúan las acusaciones, Cerdán “aparece como principal receptor de mordidas de empresas licitadoras”, pese a que no se han identificado bienes en España.
Por otra parte, la acusación hace un razonamiento curioso sobre la posibilidad de que Cerdán abandone la prisión en caso de que colabore con la justicia. La acusación descarta esta posibilidad porque Cerdán ha declarado en sede judicial –y también fuera– que es inocente. Por lo tanto, ¿qué va a declarar el inocente? Lo único que le queda es esperar en prisión a que cambien las circunstancias que hicieron que el juez decretara para él la prisión.