Madrid. Un guardia civil que participó en la comitiva judicial del registro a la Conselleria de Economía del 20-S ha asegurado que desde el interior vio a "gente agolpada" en la puerta y escuchó el "alboroto" en la calle, pero que él era ajeno a todo ello porque solo "estaba centrado en su registro".

Su relato contrasta con el miedo que narró la letrada de la administración de Justicia que también estuvo en el interior del edificio de Economía practicando los registros y quien, al igual que el agente, no vio lo que ocurría en la calle hasta que no subió a la azotea, si bien el guardia civil no ha manifestado preocupación por lo que vio ni por cómo iba a salir del edificio.

Lo que sí ha destacado es que, como llegó tarde a Economía, tuvo que aparcar su coche camuflado a unos 100 metros, por lo que éste no sufrió daño alguno cuando abandonó el inmueble a las 4.00 horas, casi 20 horas después de dar inicio al registro.

Durante todo ese tiempo, el agente ha explicado que solo supo que había mucha gente porque así se lo comentaron ya que él solo escuchaba "gritos y cánticos" lo que le daba una idea del "alboroto" que había en el exterior.

Y aunque ello no le influyó ni le impidió realizar su registro con normalidad, sí que ha querido dejar claro que "en los 18 años que lleva en la Guardia Civil, no era muy típico ni muy normal presenciar un registro así con mucha gente agolpada en la puerta".

No fue consciente de que se produjeran incidentes o de lo destrozos a los coches patrulla hasta que abandonó la Consellería ya que ellos "eran un poco ajenos" a "lo que había de puertas para fuera".

Tanto es así que cuando terminó el registro a las 21.00 horas, el oficial solo les dijo que se preocuparan de custodiar los efectos ya que debido a la gran cantidad de personas acumuladas no podían salir al no estar garantizada su integridad ni la de lo efectos.

"No dijo que ya saldríamos de allí, que nos relajásemos, pero que principalmente los efectos estuvieran bien seguros, que nos armásemos de paciencia", ha explicado. Siete horas pasaron desde este momento hasta que salieron a pie del inmueble.

Cuando eso ocurrió, se dirigió a su coche camuflado con otro compañero y un mosso, se acercaron a la puerta de la Consellería, metieron los efectos y los maletines "y a casa".