pamplona - El flamante fichaje de Ciudadanos, anunciado a bombo y platillo hace apenas unos días, Marcos de Quinto, y el de la candidata de Pablo Casado para Asturias han resultado ser sendas decepciones y no han sido las únicas en los últimos días, baste recordar el escándalo con pucherazo incluido de Silvia Clemente, ahora en la formación naranja tras años en el PP, bajo la sombra de la corrupción.
Lo último en conocerse ha sido la condena en 2013 a una empresa de Marcos de Quinto, número 2 de Ciudadanos por Madrid, a cumplir con lo estipulado en un contrato de compraventa de un chalé que había firmado en marzo de 2006 a través de una empresa dedicada a la producción de vino de la que el exejecutivo y ahora candidato al Congreso es el único accionista. La empresa había firmado la compra sobre plano de ese inmueble en pleno boom inmobiliario. Reventada la burbuja, intentó desentenderse de la operación y no pagar. Además, el exvicepresidente de Coca-Cola tiene previsto trasladar su residencia a Madrid después de haber vivido los últimos años junto a su esposa, la soprano brasileña Angélica de la Riva, en Lisboa, donde de tributar parte de sus ingresos tiene una carga impositiva inferior para el ahora político, dado que el país exime los extranjeros que compren una casa en su territorio de pagar impuestos por los ingresos que vienen del extranjero.
Al PP el disgusto se lo ha dado Teresa Mallada, la elegida a dedo por el líder del PP para ser la candidata las próximas autonómicas en Asturias por una auditoría realizada en 2015 a Hunosa, empresa pública que presidió entre 2012 y 2018. Mallada cargó a cuenta de la empresa gastos tan variados como “quitaesmalte, infusiones, chicles, pósteres de cine, facturas de joyería, ropa para bebé, salteados de pollo, chocolate, ajo, canelones o cachopo”. El auditor no ve justificados los gastos de Mallada, imputada, además, en un caso de prevaricación urbanística”. - D.N.