París - Varios miles de chalecos amarillos desfilaron ayer en París sin que se produjeran altercados bajo un imponente dispositivo de seguridad de las fuerzas del orden, mientras en Montpellier y en Lyon se produjeron algunos incidentes en el centro de las ciudades.

En París, una marcha para la que los organizadores habían solicitado autorización discurrió con normalidad entre la plaza Denfert Rocherau, en el sur, y la basílica del Sagrado Corazón en Montmartre, en el norte, encuadrada por un despliegue contundente de varios cientos de agentes.

Tanto en la cabeza como en la cola del desfile, los antidisturbios fueron acompañados de furgones que circulaban a su lado. Otros avanzaban por los laterales del recorrido junto a los manifestantes, vigilando para que no hubiera desmanes. “No somos terroristas, sino el pueblo en dificultades”, era el mensaje de una de las pancartas. En otra se afirmaba que “La violencia son 5 millones de pobres y 40 multimillonarios”.

En la práctica, se han prohibido las manifestaciones en determinados perímetros del centro de una quincena de ciudades de toda Francia: en París, en la avenida de los Campos Elíseos y en áreas colindantes que llegan al Palacio del Elíseo -sede de la presidencia- y a la Asamblea Nacional.

También se han elevado las multas (hasta 135 euros) por concentrarse en lugares donde están prohibidas las manifestaciones y el Gobierno -una medida que ha suscitado mucha polémica- ha recurrido a más militares de la misión antiterrorista Sentinelle para la vigilancia de edificios públicos, en sustitución de policías y gendarmes. - Efe