Pamplona - Navarra ha vivido una profunda reforma legislativa los últimos cuatro años. La novena legislatura de la histórica democrática se ha cerrado con un total de 106 reformas de ley, en más de un 80% de carácter económico o social, y que ha sido de mucho más calado de lo que a simple vista pudiera parecer. Se han actualizado leyes que llevaban décadas sin modificar, se han corregido normativas dándoles un giro más progresista, y se han planteado reformas con la mirada puesta a medio y largo plazo que sientan las bases para los próximos años en ámbitos como la vivienda, el medio ambiente o la investigación.

Consecuencia de una mayoría parlamentaria que nada tenía que ver con la de los 40 años anteriores. Y que se ha mantenido cohesionada en torno a un acuerdo programático que se ha cumplido en un porcentaje muy alto, y que ha marcado la senda legislativa de los últimos cuatro años sin que la oposición haya logrado encontrar las fisuras en el cuatripartito que han formado Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E.

Más bien al contrario. La crítica exacerbada, muchas veces sustentadas en premisas falsas y artificiales, ha reforzado la confianza mutua de cuatro partidos que han sabido actuar con lealtad. Un trabajo basado en reuniones prácticamente diarias donde las disputas siempre se han ceñido a la cuestión programática, y no al protagonismo político. Y pese a que en prácticamente cada ley ha habido diferencias entre los socios, se han solventado siempre a puerta cerrada. Solo cuando se ha asumido que no había acuerdo posible se han expresado las diferencias públicas, pero sin llegar a poner en riesgo la mayoría parlamentaria.

Porque aunque la mayor parte de las leyes venían con el sello del Ejecutivo, que es quien cuenta con la estructura y capacidad técnica para desarrollar la normativa, todos los proyectos se han presentado tras una negociación previa. Un trabajo costoso y más lento, pero que ha garantizado la aprobación de las leyes. Solo dos del centenar de leyes presentadas no han visto la luz. Y una, le Ley de Policías, se aprobó después.

Algo en lo que también ha tenido incidencia el propio modelo de Gobierno. Un gabinete sin cuotas por partidos y con perfiles técnicos que ha trabajado con los criterios fijados por el acuerdo programático, pero blindado ante las diferencias en cuestiones más políticas, que se han derivando al debate parlamentario. Eso ha evitado tensiones dentro del Gobierno, que se ha mostrado sólido y sin fisuras internas, lo que no es fácil en un Ejecutivo respaldado por cuatro partidos.

El resultado ha sido un Gobierno cohesionado que, salvo cuestiones puntuales, se ha mostrado eficiente en la gestión. Todos los departamentos han aumentado su capacidad de gasto, sobre todo en ámbito social, se han revertido muchos recortes, se han atendido urgencias sociales que en 2015 resultaban imprescindibles, y se han saneado las cuentas públicas. Y junto a ello, una mayoría parlamentaria efectiva que ha acometido reformas legislativas pioneras en ámbitos como la justicia social, la igualdad o la gestión de residuos, y que fijan el rumbo de la acción gubernamental de los próximos años.

La gestión institucional deja también sus sombras. Los límites fijados por Madrid en ámbitos como la contratación de empleados públicos o la estabilidad presupuestaria han sido un corsé determinante. También se han cometido errores, se han minusvalorado problemas que luego ha habido que acometer de urgencia y las expectativas no siempre se han cumplido. Tal vez porque un cambio inédito como el que ha vivido Navarra había puesto el listón demasiado alto para mucha gente expectante con la nueva realidad. Y porque hay problemas que, simplemente, no son tan fáciles de resolver cuando se está en el Gobierno.

No obstante, más allá de la gestión ordinaria de las instituciones, el cambio acometido desde 2015 deja sentadas las bases de una nueva estructura administrativa. Un marco normativo que afecta a ámbitos como la lucha contra la pobreza, la organización territorial, la atención al medio ambiente, la igualdad, la transparencia o la economía. Y cuyo desarrollo será más efectivo y visible a partir de la próxima legislatura.Porque más allá de las polémicas suscitadas por la oposición, no será fácil dar marcha atrás en los avances logrados en una legislatura que, en cierto modo, supone un punto de inflexión en la historia de Navarra, y que la perspectiva del tiempo permitirá valorar en su justa medida.

869 reformas legislativas. Desde el final del franquismo el legislativo navarro ha aprobado 869 leyes y reformas de ley.

Primer Parlamento

1979-1983 32

I LEGISLATURA (1983-1987)

1983 22

1984 22

1985 27

1986 19

1987 8

TOTAL98

II LEGISLATURA (1987-1991)

19873

1988 11

1989 18

1990 13

199116

TOTAL61

III LEGISLATURA (1991-1995)

1991 4

1992 21

1993 15

1994 30

19958

TOTAL78

IV LEGISLATURA (1995-1999)

1995 7

1996 24

199724

199824

1999 15

TOTAL94

V LEGISLATURA (1999-2003)

19994

200020

200127

200235

200331

TOTAL117

VI LEGISLATURA (2003-2007)

20034

200419

200521

200618

200717

TOTAL79

VII LEGISLATURA (2007-2011)

20071

200822

200917

201025

201113

TOTAL78

VIII LEGISLATURA (2011-2015)

20118

201229

201340

201430

201519

TOTAL126

IX LEGISLATURA (2015-2019)

201512

201630

201724

2018-201940

TOTAL106