pamplona - Pablo Iglesias rebajó el tono y trasladó al máximo órgano de dirección de su partido su interés por negociar con el PSOE “sin líneas rojas” para lograr un gobierno de coalición “claramente” liderado por el partido de Pedro Sánchez y en el que Podemos tendría una “posición modesta”. El líder de Podemos trasladó esta posición al máximo órgano de dirección entre asambleas, el Consejo Ciudadano Estatal (CCE), que se reunió en vísperas del encuentro entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en La Moncloa para analizar los resultados electorales del pasado 28 de abril, cuando Unidas Podemos se quedó con 42 de sus 71 diputados y pasó a ser cuarta fuerza política.

Iglesias insistió ante los secretarios generales autonómicos, los diputados recién elegidos y los consejeros ciudadanos en esta idea: quiere gobernar. Y para lograrlo, se mostró dispuesto a dialogar con Sánchez “sin líneas rojas, sin ultimátums y sin arrogancia” para formar un Gobierno de coalición que inaugure “una nueva etapa de colaboración entre progresistas”. Una posición que comparten mayoritariamente los dirigentes de la formación morada, pero no todos, puesto que la federación andaluza, liderada por la Anticapitalista Teresa Rodríguez, dejó claro que prefiere pactos programáticos a la entrada en un gobierno de coalición. “Podemos nació con la esperanza de ser alternativa al bipartidismo, al PP, pero también al PSOE, y pensamos que para el ciclo político que viene necesitamos debatir y votar cuál es la estrategia sobre la alianza con el PSOE”, esgrimió el secretario Político de la formación Pablo Pérez Ganfornina. Una idea muy minoritaria que sí apoyó el eurodiputado Miguel Urbán.

De hecho, algunos secretarios generales como el de Castilla-La Mancha, José García Molina, no solo apoyaron la posición de Pablo Iglesias de pactar con el PSOE sino que le pidieron “entrar con una posición de fuerza, no en un lugar secundario y sin capacidad de incidencia real”. Y, según aseguró, esta posición que él defendió ante el Consejo Ciudadano fue refrendada por buena parte de los asistentes, porque, asegura, “si no se alcanza una posición de fuerza, no vale la pena entrar”.

Varios secretarios generales autonómicos -entre ellos los de la Comunitat Valenciana, Aragón, Murcia y la CAV- se reunieron antes del encuentro oficial para compartir impresiones y trabajar de forma colectiva.

Desde el Consejo Ciudadano aseguran que hay “coincidencia” en que el liderazgo de Iglesias ha salido reforzado tras la campaña, pero según indicaron fuentes de la reunión, varios de los participantes incidieron en que los resultados son “malos” para la formación, que se ha dejado por el camino 29 diputados. En su intervención inicial, el líder de Podemos atribuyó la fuerte caída de votos y escaños a las disputas internas gestionadas de forma “deficiente”, pero también a otros elementos entre los que citó el maltrato mediático, el daño de “las cloacas del Estado”, el miedo a Vox o el voto “identitario” en Catalunya.

Por primera vez, Iglesias asumióque los 42 escaños que obtuvieron en las elecciones les sitúan en una posición de inferioridad en una mesa de diálogo con los socialistas. Tras felicitar sin ambages a Sánchez, insistió en que desde una “posición modesta” en un Ejecutivo se pueden cambiar las cosas y apeló a que la ciudadanía progresista pide “colaboración”, frente al “recelo y desconfianza” entre dos fuerzas que, dijo, comparten mucho en sus programas.

Iglesias, que trasladará hoy esta propuesta a Sánchez en su reunión en la Moncloa, dijo ser consciente de que todos deben ceder y escuchar “con humildad”, una postura opuesta a la que él mismo mantuvo tras los comicios de 2015, cuando diseñó una estructura de gobierno y señaló los ministerios que quería para su partido. - D.N.