la política es puro teatro, un macroescenario donde todos los actores juegan su papel aunque fuera de los focos se traten con respeto y aun con cordialidad. Incluso en este momento de tanta sobreactuación impostada y tras una legislatura navarra de lo más ácida -por lo crispada-, ese clima de distensión presidió el encuentro organizado ayer en el Gayarre por DIARIO DE NOTICIAS entre los seis aspirantes a la presidencia foral cuyas candidaturas se hallan representadas en el Parlamento de Navarra. Nótese que la mitad de varones, Javier Esparza (Navarra Suma) y Mikel Buil (Podemos), que de mujeres, Uxue Barkos (Geroa Bai), Bakartxo Ruiz (EH Bildu), María Chivite (PSN) y Marisa de Simón (Izquierda-Ezkerra).

Los congregados acudieron con una predisposición para la pose digna de agradecimiento habida cuenta de que se plantearon cinco fotos de grupo, dos en el escenario, una en el patio de butacas, otra en los camerinos y una más en la terraza con vistas al Palacio de Navarra. Además, los candidatos llegaron apresurados a la cita, convocada a primera hora de la tarde, después de una comida fugaz por la proximidad con otro acto mediático pergeñado antes con idénticos protagonistas. Por añadidura, nada más concluir la reunión de este diario debían acudir a un debate en el Colegio de Ingenieros.

Más allá de un evidente interés por conocer las entrañas del carismático templo pamplonés de la cultura, los candidatos compartieron las tradicionales impresiones sobre la indumentaria de cada cual, con mayoría de pantalones sobre vestidos y sólo Esparza portando traje con corbata, un clásico omnipresente en la política hace nada. A tal punto llegó la cosa que sobre el escenario del Gayarre aconteció una conversación inverosímil sobre el planchado de camisas en el que participaban unas y otros por igual, como en las referencias futboleras que asimismo mediaron respecto a la hecatombe del Barcelona ante el Liverpool.

Como en todo evento en el que convergen gentes con afinidades distintas, también se cruzaron comentarios en petit comité sobre otros de los asistentes cuando se hallaban lejos en el recorrido por las dependencias del teatro, aunque esas maldades quedan bajo secreto de confesión del periodista cotilla. Los lugares comunes versaron no obstante sobre el propio Gayarre, fundamentalmente sobre los recuerdos que comporta como referente vital.

máximas expectativas Lógicamente, hubo coincidencia general en glosar las opciones propias en los comicios del 26-M. Eso sí, desde el reconocimiento de que dos escaños arriba o abajo pueden cambiarlo todo.

El regionalista Esparza refleja la convicción de quien se ve como fuerza más votada en la Comunidad, a lo que agrega la íntima certeza de que bajo la nomenclatura de Navarra Suma la derecha recuperará bastiones municipales perdidos hace cuatro años. Respecto a la pregunta de cómo gobernar, sobre la base de los 107.124 sufragios de las recientes generales, ver venir.

Sin embargo, Barkos tiene clara su prioridad por seguir gobernando con el sostén del cuatripartito, desde la premisa de que el trabajo bien hecho en el Ejecutivo va a engrosar notoriamente los 53.497 votos de Geroa Bai en 2015. A la presidenta saliente se le observa tan prudente como confiada.

También exultante compareció Ruiz, que recoge el testigo de Adolfo Araiz respecto a hace cuatro años. No le faltan motivos, pues EH Bildu acaba de concitar en unas generales 46.640 sufragios, a muy escaso margen de los 48.166 de últimas forales.

Igualmente debuta en estas lides Buil, recambio de Laura Pérez en un Podemos reconstituido tras la crisis en su grupo parlamentario. Pese a ello, más de 68.000 electores navarros han respaldado el 28-A a Iglesias y la nueva dirección navarra se afana por restañar la credibilidad desde las esencias.

A la ganancia de crédito se está consagrando asimismo Chivite, que se marca las máximas expectativas toda vez que el socialismo ha doblado en estas generales las 45.164 papeletas de las autonómicas de 2015. La referencia, los 74.157 votos de Puras en 2007.

Por su parte, De Simón subrayaba ayer la contribución de I-E a la nítida impronta progresista del Gabinete de Barkos, convencida de que la ciudadanía sabrá valorarlo desde los 12.482 sufragios de hace cuatro años.

Comenzó la función electoral y los roles están repartidos. Que el público soberano decida como pueblo sabio.