pamplona - Navarra Suma quiso ayer consagrar su marca con la visita de Cayetana Álvarez de Toledo y Mario Vargas Llosa, dos voces con predicamento en la derecha y en el autodenominado flanco constitucional para presionar todavía más al PSN, reivindicando ese Partido Socialista “constitucionalista, a lo Redondo Terreros” capaz de pactar con la derecha -como hizo Redondo en 2001 con el PP de Mayor- y que permitiría en Navarra la vuelta de UPN al poder.

La sala Luneta del Baluarte estuvo casi llena (unas 350 personas) para recibir a la figura emergente del PP duro, esa con la que Pablo Casado quiso recuperar el discurso más beligerante de la marca y frenar la sangría en una provincia complicada como Barcelona; y al eminente escritor peruano y Premio Nobel de Literatura, muy activo en la oposición al procés. El encuentro, de hora y media de duración, estuvo moderado por el organizador, Julio Pomés, del lobby liberal Civismo, que dio paso a dos intervenciones individuales de ambos ponentes y luego abrió un turno de preguntas desde el público.

El peso de Navarra quedó diluido en reflexiones más generales sobre el nacionalismo, sobre todo en Catalunya, pero sí que Cayetana Álvarez de Toledo aprovechó para enviar un mensaje inequívoco al PSOE, y a su extensión en Navarra. Criticó “las lecciones morales de los equidistantes que se esconden en el diálogo”. “Me refiero a los socialistas”, aclaró, por si no había quedado claro, “almas bellas” que se han colocado “en el centro” cuando “el centro no es el punto medio entre una Navarra civilizada o una Navarra engullida por las ansias anexionistas abertzales”. Añadió, también, que la transferencia de Tráfico a Navarra prometida por Sánchez a Barkos no es sino un movimiento “para mejorar la relación de Sánchez con el nacionalismo”, razón por la que dedujo que “votar al PSOE es votar a la anexión de Navarra, la decadencia y la división”. Dijo más cosas, claro, pero fueron políticamente menos interesantes, al menos desde el punto de vista más pragmático.

Luego fue el turno de Vargas Llosa. El escritor hizo un elogio de occidente, de los valores europeos, de la globalización, del progreso y de cómo todo está amenazado por el “nacionalismo tribal”. Y compensó un discurso más conceptual, más reposado -con la salvedad de que abogó porque el Estado recupere la competencia de Educación- con una petición que hasta sonó rara por lo explícita: “Este domingo tienen que dar un revés al nacionalismo fanático, destructor y, como saben, sanguinario. Ruego, solicito, amigos navarros, que voten a Navarra Suma”.

el psoe de redondo Cayetana Álvarez de Toledo tuvo la última oportunidad durante el coloquio, cuando fue preguntada por si lo mejor para el “constitucionalismo” no sería agruparse en cada escenario: en Madrid, con PP y Ciudadanos apoyando a Sánchez; y en Navarra, con el PSN apoyando a Esparza. La pregunta, que vino del público, reproduce el escenario con el que sueña el líder de UPN. Lo que pasa es que Álvarez de Toledo cortocircuitó un poco, como si esa propuesta se la hubiesen formulado desde Marte. Reaccionó criticando el “sectarismo notable” de Chivite, y concluyendo que “España tiene un problema muy grave, que es la izquierda y el PSOE”. “Me encantaría que asomara un PSOE constitucionalista, a lo Redondo. Existirán, pero yo no les veo. Si están, que asomen la cabeza”, dijo, no demasiado convencida de que ese PSOE que era capaz de pactar con el PP vuelva a estar en la escena. Es lo único que le queda a Navarra Suma.