pamplona - Izquierda-Ezkerra celebró ayer su acto central de campaña reivindicando simple y llanamente lo que son: el valor refugio de la izquierda en Navarra. Pequeña, pero “de fiar”; la izquierda “de la calle”, la “plural”, la que va de cara aun a riesgo de “molestar” en ocasiones, como asumió Marisa de Simón, candidata de I-E al Parlamento. Pero es la misma izquierda que en Navarra es “imprescindible”, consideró ayer De Simón, para “priorizar lo social y la inclusión” desde un gobierno “alternativo a UPN y PSN” del que están “muy orgullosos de formar parte”. Son, en resumen, “los mismos de hace 4 años”, y que esperan que tras las elecciones del domingo se pueda reeditar la mayoría del cambio, que abren a ese PSN del que todavía no se fían -“Ahí está el marzazo y el agostazo”, recordó De Simón-, pero que tendrá hueco si “se coloca a la izquierda”.

Son algunos de los mensajes que quedaron ayer claros durante el último gran acto antes de cerrar la campaña, que se celebró en la sala Zentral de Pamplona ante unos 300 asistentes, entre ellos el vicepresidente de Derechos Sociales, Miguel Laparra; el secretario general de CCOO, Chechu Rodríguez; el alcalde de Tudela, Eneko Larrarte; o el exsenador Iñaki Bernal, entre muchos otros como José Miguel Nuin, histórico de la coalición que en estas elecciones ha dado un paso atrás después de 20 años en primera línea.

cuidado con el psn Fue un acto sencillo, muy bilingüe y en el que tomaron parte los dos primeros candidatos al Parlamento: Marisa de Simón, que cerró el mitin, y Carlos Guzmán, número dos. El de Guzmán fue el discurso de un rojo, pero sin nostalgias, sin frases apolilladas. Se dio el gusto de citar al Che Guevara -“Seamos realistas y hagamos lo imposible”- y el resto fue un discurso político bien construido, aprovechando la metáfora de un “hilo rojo irrompible” que conecta “el pasado, el presente y el futuro” del movimiento, desde “Camino Oscoz, las hermanas Úriz Pi y Jacinto Ochoa” hasta “los que en 1986 protestaban contra la OTAN”, los jóvenes que “hace 8 años” salieron a las plazas -en referencia al 15-M- o las mujeres que “llevan dos 8-M parando el mundo”. Dijo que van a ser claves los votos y la movilización social para “profundizar en el cambio”, sentar “las bases de la transformación social” -sin renunciar a la III República, aplaudida cada vez que salía en los discursos- y poner todos los recursos “al servicio de las clases trabajadoras” para “dar un golpe en la mesa al monopolio capitalista”. Tres retos hay que afrontar, dijo, en momentos en los que “la plataforma de UPN, la corrupción del PP de Bárcenas y la recentralización liberal de Cs” quiere devolver a Navarra “a los tiempos del blanco y negro”. El primero, “explotar al máximo las competencias de Navarra para blindar los derechos sociales”. Luego, poner en marcha una “banca pública” que combata la especulación. Y por último una revisión del impuesto de Sociedades, que recauda ahora menos que hace unos años. “No pedimos una revolución, sino que se cumpla el artículo 31 de la Constitución”, que se pise al acelerador del cambio y que se deje de lado “la usura capitalista”. Políticas de izquierdas que nunca se harán con la derecha, ni con “la cabra del PSN que siempre tira al monte regionalista”.

De Simón cerró el acto satisfecha de logros como “la renta garantizada, la reforma del mapa loca, los avances en memoria histórica, las mejoras en vivienda y salud”, aunque haya habido veces en las que se han puesto “enfrente”, sobre todo cuando han tenido que “parar intentos de construcción nacional o movimientos tibios de la derecha del PNV”. Por eso reclamó el voto para I-E como “garantía de más cambio por la izquierda”, para apuntalar un modelo de progresividad fiscal, consolidación de recursos públicos y defensa de la escuela pública laica.