La primera ministra británica, Theresa May, se despidió ayer del liderazgo del partido conservador dando el pistolazo de salida a una batalla interna por sucederla y entre fuertes discrepancias de los candidatos sobre el rumbo que el brexit debe tomar a partir de ahora. Tras firmar la carta de dimisión como líder conservadora, May permanecerá como primera ministra hasta que se elija a su sucesor, previsiblemente la semana del 22 de julio, momento en el que pasará a centrarse en los temas de política interna que le preocupan, tal y como explicó su portavoz.

May anunció su renuncia hace dos semanas, lamentando profundamente no haber podido materializar la salida de Reino Unido de la UE, tras la victoria del brexit en el referendo de junio de 2016, y su sucesor será elegido entre los once diputados conservadores que se han postulado a sucederla. Este proceso tendrá la primera gran cita el lunes 10 de junio, cuando se celebra la jornada de inscripción de candidaturas.

La actual lista de once nombres podría verse reducida si no consiguen los avales necesarios. A partir de ese momento, habrá una serie de votaciones -el 13, 18, 19 y 20 de junio- a fin de ir eliminando candidatos hasta que solo queden dos, que serán sometidos a la votación de los 120.000 afiliados del partido conservador y de ahí se conocerá al ganador final. Sin embargo, cuando May se postuló para suceder a David Cameron, no tuvo que someterse a la última votación porque su rival entonces, la diputada Andrea Leadsom, decidió abandonar la carrera.

Desde ese momento, la ahora primera ministra repitió hasta la saciedad su ya famosa frase “brexit significa brexit” y “lo convertiremos en un éxito”, resaltando que no habría un segundo referendo y que se encargaría de que el país abandonaría la Unión Europea, pero tras tres años en el cargo, se va con las manos vacías, o con un legado escrito en blanco, como la portada que le dedicaba esta semana de la revista política satírica inglesa Private Eye.

Sin embargo, con la partida de Theresa May no se allana el camino para lograr una solución al brexit, y así lo recordó el presidente de los Comunes, John Bercow, ya que desde Bruselas se niegan a volver a negociar el acuerdo y en el Parlamento británico tampoco hay consenso para sacar adelante ninguna alternativa al acuerdo obtenido por la primera ministra.

‘Cerrado por Brexit’ Entre los candidatos a sucederla, el ex ministro del brexit Dominic Raab, no se cortó a la hora de buscar soluciones e insinuó que si llega a Downing Street podría cerrar el período de sesiones de la Cámara de los Comunes y evitar así el bloqueo parlamentario a un brexit sin acuerdo y que se produzca la salida el 31 de octubre sin más contratiempos.

Otro de los que tiene muchas papeletas para ser el futuro primer ministro es el exministro de Asuntos Exteriores y alcalde de Londres, el euroescéptico Boris Johnson. En su caso, apuesta por una salida con o sin acuerdo la noche de Halloween, tras tres años de negociaciones entre Londres y Bruselas. Pese al intento por hacer una jornada de perfil bajo y sin mayores anuncios, varios diarios británicos apuntan a desencuentros entre May y uno de sus grandes aliados hasta la fecha, el ministro de Economía y Hacienda, Philip Hammond, acerca de los planes de la todavía primera ministra para hacer una serie de anuncios de gastos durante su tiempo restante en el cargo.

De hecho, el Financial Times apunta a que Hammond estima que las propuestas podrían incluir costes de 10.000 millones de libras para aumentar la financiación de la educación, que vendrían del apodado como cofre de guerra que el ministro tiene destinado a un cada vez más posible brexit sin acuerdo y que no quiere tocar.

Tras la firma de la dimisión, el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, insistió en su petición de adelanto electoral. “El siguiente primer ministro no debería ser elegido por un puñado de afiliados tories no representativos”, recalcó.

victoria laborista Los laboristas consiguieron ayer una victoria por la mínima en la circunscripción de Peterborough con apenas 683 votos de ventaja sobre el Partido del brexit, de Nigel Farage, que se vuelve a quedar a las puertas de tener representación en el parlamento de Westminster, pese al éxito de su partido en las elecciones europeas. Por su parte, la candidata laborista, Lisa Forbes, celebró el resultado del recuento apuntando a que “a pesar de las diferentes opiniones existentes en toda la ciudad, el hecho de que el Partido del brexit haya sido rechazado muestra que las políticas de la división no ganarán”.

La gran sorpresa del día se la llevaron los conservadores, que fueron relegados a la tercera posición con el 21% de los votos, en un territorio que siempre se diputaban con los laboristas. El líder laborista, Jeremy Corbyn, apuntó a que la victoria es el resultado de ofrecer “la política de la esperanza, no la política del miedo”, para acabar con la austeridad, financiar las escuelas y emplear la policía adecuadamente.

Esta convocatoria electoral tuvo lugar después de que la laborista Fiona Onasanya, quien ganó por el Partido Laborista en 2017, fuera expulsada tras ser declarada culpable de obstrucción a la justicia después de ser multada por exceder el límite de velocidad. La participación en las elecciones fue del 48,4%, frente al 67,5% en las generales de 2017, cuando el laborismo venció por 607 votos.

En el caso del euroescéptico Farage, lejos de estar preocupado porque su partido no consiguiera tener representación en Londres, dijo que el resultado es “muy significativo” y que lo había hecho muy bien.