Pamplona - El invento electoral ha funcionado. UPN ha evitado fuga de votos por su derecha y ha eliminado la competencia. Sin embargo, la alianza también ha escorado al regionalismo navarro a la derecha, atado hoy a las decisiones que puedan tomar PP y Ciudadanos en Madrid, y que pueden tener un coste también en Navarra. Sus alianzas con Vox, por ejemplo, van a dificultar los acuerdos con el PSOE en el resto de comunidades, y por extensión, también con el PSN en un contexto de política de bloques que se abrió paso en la plaza de Colón. En el que UPN ha decidido participar con todas las consecuencias, algo que han evitado otros partidos regionalistas como el PAR aragonés o el PRC cántabro, que mantienen puentes de diálogo y acuerdo con los socialistas.

De esta forma, y aunque UPN cuenta con autonomía en las Cortes Generales, el PSOE ha preferido optar por la seguridad que le dan los seis diputados del PNV frente a la oferta de abstención de UPN, lo que deja a los regionalistas en una foto continua con PP, Ciudadanos y la ultraderecha de Vox en Madrid durante toda la legislatura. Algo que en momentos puntuales puede resultarle incómodo, y que en ocasiones puede generarle contradicciones. Como ya le ocurrió en el pleno de constitución de la Cámara, en la que los dos diputados regionalistas dividieron sus votos en la elección de los miembros de la Mesa del Congreso, votando uno al PP y otro a Ciudadanos. Y que puede dejarle en la irrelevancia institucional si queda al margen de los grupos que pueden garantizar la gobernabilidad en un escenario de pluralidad política, donde dos escaños podrían ser muy rentables en cualquier negociación presupuestaria. - I.F.