pamplona - El PSOE ha aprovechado el reguero de dimisiones en Ciudadanos para presionar a Albert Rivera y pedirle que se abstenga en la investidura de Pedro Sánchez, una opción que se vislumbra remota aún pero que ha salido a la luz debido al enfriamiento de las negociaciones con Pablo Iglesias. El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, enfatizó la estrategia socialista al pedir a Rivera que “escuche a su alrededor y que recapacite”.

El presidente del Gobierno en funciones y candidato a la investidura tras el encargo del rey se encuentra inmerso en la segunda ronda de contactos para recabar los apoyos que le permitan seguir en La Moncloa y, si la semana pasada trascendió un segundo encuentro discreto con Iglesias, ayer se conoció la reunión, también discreta, que celebró con el líder del PP, Pablo Casado. Fuentes conocedoras de la entrevista con el presidente de los populares indicaron que durante la misma Sánchez planteó nuevamente la opción de la abstención, pero Casado, otra vez, se negó.

La abstención es la llave de la presión a Ciudadanos que el PSOE, por medio de su secretario de Organización, José Luis Ábalos, abrió ayer después de la reunión de la Ejecutiva socialista, a la que no asistió Sánchez. Tuvo el ministro de Fomento un argumento idóneo para abrir esta vía de presión: el abandono de Ciudadanos de su diputado y portavoz económico en el Congreso, Toni Roldán; la marcha de la dirección nacional de este partido del eurodiputado Javier Nart; y la renuncia a su escaño del candidato del partido naranja en el Principado de Asturias, Juan Vázquez.

También influyó en la presión el resultado de la votación interna de la Ejecutiva de Ciudadanos en la que dirigentes de renombre, como Luis Garicano o el propio Nart, se pronunciaron en contra del veto a Sánchez en una negociación de investidura. Así que Ábalos, en rueda de prensa, pidió a Rivera que “salga de su laberinto” y de la premisa del “cuanto peor, mejor”, que parece haber adoptado y que revela, según sus palabras, una anteposición de los intereses personales y partidistas a los de España.

“Pedimos (al líder de Cs) que escuche a su partido y se abstenga, que escuche a su alrededor y que recapacite: se lo han dicho los fundadores (de la formación), miembros de la Ejecutiva y sus correligionarios liberales en el extranjero. La realidad es tozuda, y nadie aplaude o apoya este giro ni aquí ni en Europa”, resumió Ábalos.

Sin salir de este contexto, el dirigente socialista incidió en que “nadie quiere pactos secretos con Vox como el de Palencia, que imite a la derecha o que boicotee” la legislatura” para apostillar acto seguido, retóricamente: “¿Cuántos Roldán, Valls o Nart o desmentidos de Macron hacen falta para que rectifique?”.

Desde hace semanas tanto Pedro Sánchez, la última vez el viernes pasado en Bruselas, como los portavoces socialistas apuntan a la abstención del PP o de Cs como escenarios que hagan factible la investidura. La sensación es que ni Casado ni Rivera, que renunció a reunirse en secreto con Sánchez en Moncloa, van a ceder.

Por lo que destacó Ábalos, Sánchez ha tanteado otra vez al líder del PP al poner sobre la mesa acuerdos de alcance nacional, si bien Casado no se movió de su posición ni parece que dejara algún resquicio. Fuentes populares recordaron que el presidente de la organización siempre ha postulado “pactos de Estado” en sus cara a cara con el secretario general del PSOE.

Las apelaciones a la abstención de Ciudadanos y del Partido Popular, que no son novedosas, se producen, sin embargo, en una coyuntura de enfriamiento de las negociaciones que llevan semanas desarrollando Sánchez e Iglesias. El PSOE no tiene planeado, no obstante, hacer una oferta a PP y Ciudadanos a cambio de su abstención más allá de cumplir con el deseo que expresan de que la legislatura eche a andar -“mientras no haya gobierno no hay oposición”, les ha recordado- así como llevar a cabo lo que también reclaman: que la gobernabilidad no recaiga en manos de los independentistas.

El compás de espera que atraviesan las conversaciones con el partido morado, al que Ábalos volvió a denominar “socio prioritario”, obedece a las discrepancias sobre cómo conjuntar un Gobierno que Podemos sigue calificando como de “coalición” y que el PSOE insiste en llamarlo de “cooperación”, hasta el punto de que esta fórmula podría desatascar la investidura, ha dicho. Además, Sánchez e Iglesias, así como sus dirigentes, se han intercambiado estos días emplazamientos a reanudar la negociación, de modo que si el primero emplaza al segundo a que responda cuanto antes su oferta de “cooperación”, incluidos determinados puestos de la administración (no se sabe cuáles), el segundo emplaza al primero a que le haga una propuesta.

Mientras tanto, el secretario general de Podemos, ante el ruido que conduce a la abstención de Cs y de PP, declaró que a los votantes socialistas no les gustaría que la investidura de Sánchez saliera gracias a estos apoyos, por lo que reiteró su “plena disponibilidad” a negociar “equipos y programa” y, por extensión, formar gobierno con el PSOE. “Pregunten ustedes a Pedro Sánchez si está trabajándose la investidura con el PP y con Ciudadanos en vez de con nosotros”, espetó el líder de Unidas Podemos, quien nuevamente apeló a la discreción como mejor cauce de negociación y no el de los medios. - D.N.

Rivera dar portazo al PSOE. El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha rehusado reunirse una vez más con el presidente del Gobierno en funciones y candidato del PSOE a la Moncloa, Pedro Sánchez, argumentando que ya ha dejado claro que la formación naranja no facilitará su investidura. Así lo indicaron fuentes de Cs, que precisaron que Moncloa solicitó la semana pasada una “reunión discreta” con Rivera, pero este la rechazó. El presidente de Cs no ve necesario un encuentro tras los del 7 de mayo y el 11 de junio.