madrid - El líder del PP, Pablo Casado, y su homólogo de Ciudadanos, Albert Rivera no solo tienen como objetivo desacreditar el papel de Pedro Sánchez en estas sesiones de investidura; ambos prevén un enfrentamiento entre ellos para hacerse con el puesto de líder de la oposición. Casado y Rivera suben hoy a la tribuna del Congreso con un no rotundo a la investidura del socialista.

Casado mantiene desde hace días que el PP no puede abstenerse porque los ciudadanos le han situado como líder de la oposición y son la “alternativa” al PSOE. También Rivera se afana en presentar el proyecto socialista como antagónica al de Ciudadanos y advierte de los “peligros” del Gobierno de coalición entre PSOE-Podemos.

El presidente de los populares recalcará además que el PP no puede apoyar a un jefe del Ejecutivo que, aparte de Podemos, “pacta con Bildu y con independentistas para gobernar”. “Los españoles quieren que lideremos la oposición”, aseguran desde el partido. Casado expondrá su perfil de hombre de Estado con una oferta de pactos de para favorecer la gobernabilidad en cuestiones clave. En su intervención en el debate, Pablo Casado también pedirá de nuevo a Sánchez que deje gobernar a los constitucionalistas en Navarra y frene un gobierno de la socialista María Chivite con el apoyo de Bildu. De la misma manera, el candidato de Cs le recriminará su negativa a dejar gobernar la comunidad foral a Navarra Suma, la coalición formada por UPN, Cs y PP, que ganó las autonómicas.

Se da por hecho que Rivera se empleará duro contra Sánchez, con quien se ha negado a reunirse. En este tiempo, no ha dejado de urgirle a llegar a un acuerdo con su “socio natural” para que pueda arrancar una legislatura en la que aspira a erigirse como líder de la oposición, adelantando en el escalafón a Casado. Asimismo, subraya que el único responsable de la repetición electoral, si la hay, será el líder del PSOE por su incapacidad para sellar acuerdos.

Así, Rivera aprovechará el debate para justificar su no a Sánchez, pero no sólo ante el hemiciclo sino también ante su propio partido, que ha sufrido destacadas bajas por la negativa del núcleo duro a dejar una puerta abierta a la abstención. - Efe