pamplona - El fracaso de la investidura de Pedro Sánchez como candidato a la Presidencia del Gobierno activa un plazo de dos meses para que haya nuevos intentos con visos de recabar la mayoría del Congreso, puesto que si no es el caso, se convocarán otras elecciones generales y los ciudadanos votarán de nuevo el 10 de noviembre.

El artículo 99 de la Constitución regula el procedimiento. Es el mismo artículo que Sánchez, durante la intervención inicial de la sesión de investidura, pidió modificar para evitar bloqueos como el actual. Según consta en dicho precepto, la primera votación de la investidura marca el comienzo de la cuenta atrás de dos meses, así que el 23 de julio es el botón de inicio del cronómetro y el 23 de septiembre, el de su interrupción. Hasta entonces, la Constitución da margen para que haya nuevos candidatos, es decir, para que busquen nuevos apoyos por cuanto manejan opciones de lograrlos, o se sometan a la investidura con estos ya garantizados.

El rey tendrá, en ese caso, que realizar las consultas pertinentes a líderes o representantes de los partidos políticos con representación parlamentaria para sondear ese mapa de respaldos, y terminada la consulta, hará el encargo. Pero si nadie da el paso, el tiempo correrá y llegará el 23 de septiembre; este mismo día se disolverán las Cortes y el Boletín Oficial del Estado acogerá el real decreto de nueva convocatoria electoral.

El calendario, a partir de aquí, va dando saltos muy seguidos: el 24 de septiembre se expide dicho real decreto, se publica en el BOE y entra en vigor. El 25 empieza otra cuenta atrás, la de la repetición electoral. De acuerdo con una reforma de la Ley Electoral de 2016, el plazo que se irá consumiendo es de 47 días, no de 54, ya que es lo que se estableció para las situaciones que derivasen del artículo 99 de la Constitución.

La Ley Orgánica del Régimen Electoral General es la que marca la pauta a partir de aquí; en concreto, la disposición adicional séptima de dicha norma. Se modificó en octubre de 2016 porque por entonces, en una situación similar a la actual, los plazos se iban agotando y apareció una amenaza imposible de soslayar: la repetición electoral sería el 25 de diciembre, día de Navidad. Esta reforma electoral es la que operará tres años después de aprobarse, siempre que no haya investiduras exitosas antes del 23 de septiembre. Pasarían 47 días desde el 25 de septiembre, por lo que habría elecciones el 10 de noviembre. La campaña electoral, por cierto, durará una semana en vez de las dos habituales.

posturas idénticas Que el baile de fechas se alargue hasta finales de año depende de las posturas de los principales protagonistas de esta historia: el PSOE y Unidas Podemos. Para la mayoría de los diputados socialistas, este nuevo escenario que se presenta para septiembre debe seguir el mismo guión que hasta ahora: luchar por un Gobierno monocolor y si la formación de Iglesias sigue sin querer dar su apoyo, esperar a la convocatoria electoral.

Las relaciones personales entre los dirigentes de ambos partidos están en un momento de máxima tensión. El último movimiento de Pablo Iglesias en el pleno sobre las políticas activas de empleo fue para la dirección del PSOE la última “ocurrencia” de Iglesias para intentar hacer ver a la opinión pública que no había Gobierno por culpa de Pedro Sánchez. La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, indicó que no comprendía bien la petición de Unidas Podemos y que le extrañó la forma en que hicieron el planteamiento. - Efe/D.N.